Google, por favor

Fernanda Tabarés DIRECTORA DE VOZ AUDIOVISUAL

YES

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06 nov 2021 . Actualizado a las 10:46 h.

El usuario de Twitter @javiergallurt fotografió a su abuela pidiéndole a Google «la misa de hoy sábado, por favor». La educación de Angelita resultó de arranque conmovedora, pero enseguida asomó en su urbanidad lingüística un rasgo definitivo de posmodernidad. Desde marzo, o así, reconozco un matiz muy admirable en la buena educación, incluso en la formalidad verbal, en la palabra exquisita y en la cortesía. Antes de marzo, la buena educación era ser maleducado. Fueron muchos años, cuarenta o así, de tratar de usted a personas poco respetables así que era lógico que al decaer las barreras, el pelo largo y la pana, el desaliño y el cheli se convirtiesen en un acto de civismo democrático. Varias generaciones bombardearon el usted en una búsqueda formal de lo igualitario tras décadas en las que la estructura misma del país era de ordeno y mando, de arriba abajo, de taconazo, silencio obligatorio y bofetada del obispo al confirmarse. Pero ese «por favor» escrito en la casilla de búsqueda de Google de la maravillosa Angelita actuó como una proclamación. Puede que haya llegado el momento de desmitificar el tuteamiento y valorar el ustedeo, aunque haya quien acabe considerando la suavidad una peligrosa triquiñuela.

Lo ha dicho clarito José Bono para referirse a Yolanda Díaz: «Tiene, política y electoralmente, mucho peligro porque es una mujer que se expresa de una manera amable, incluso yo le diría dulce». Así que lo dulce sería ahora un riesgo, una amenaza, un disimulo, un envoltorio del demonio o, de manera más precisa, de la bruja, recuperada ahora esta identidad para determinado tipo de mujeres. Y en sede parlamentaria.

Lo podría haber dicho más clásico el señor Bono, advertir que Díaz le parece en realidad una loba con piel de cordero, o haberlo dicho más prejuicioso, porque lo que asoma en su diagnóstico es que a una política del sector ideológico de la vicepresidenta lo que le corresponde es ladrar más y poetizar menos. Por favor.