Tomás, empresario de éxito a los 27: «Era un alumno ejemplar y dejé 4.º de Derecho para dar conferencias en cafeterías»

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Ramón Leiro

Poco a poco se fue haciendo un hueco hasta que logró formar su propia empresa de eventos. También organiza un mundial benéfico de fútbol para emprendedores y forma parte de Aquakarting (Sanxenxo) «el primer kart acuático del mundo», que lo están implantando en Madrid, tras haberlo hecho en otras ciudades del mundo

24 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Imagínate que eres un estudiante de diez, prácticamente perfecto, una de las mejores notas de Galicia en Bachillerato y entras en la carrera que te gusta, Derecho, y también todo te va fenomenal. Pero de repente, un día, sin saber muy bien por qué, te das cuenta de que estás en el camino equivocado y que eso no es lo que quieres hacer. Que lo que te gustaría es buscarte la vida por ti mismo. A grandes rasgos esto es lo que le pasó a Tomás Garnelo, con apenas 21 años. Que un buen día dijo ‘lo dejo todo' y me voy a buscar la vida haciendo lo que me gusta. «Saqué matrícula de honor en Bachillerato, entré en Derecho con la idea de ser abogado, era muy buen estudiante y en cuarto de carrera, cuando me faltaban seis asignaturas para terminar y con una nota media alta, tuve como una revelación. Me acuerdo que estaba en Santiago y me dije: ‘Esto no es lo que quiero hacer realmente. Lo que quiero es emprender'». Así de radical fue la decisión que tomó, pero siempre tuvo claro que era lo correcto.

«¿Que cómo empecé? Yo empecé solo y dando conferencias en las cafeterías en Vigo. No tenía ni dinero ni financiación ni nada. Tenía redes sociales y alguna gente me seguía, aunque no soy influencer. Lo que hacía era compartir mensajes sobre valores. Entonces, organicé en el 2016 una pequeña charla y, como no tenía dinero para alquilar una sala, lo que hice fue hablar con el dueño de un bar de Vigo para hacerla en una hora que ellos no tuvieran gente», explica este joven de Pontevedra, que tiene ahora 27 años, y que poco a poco fue abriéndose camino.

Fútbol para empresas

«Eso lo fui repitiendo en diferentes ciudades. Y luego ya pude vender mis primeras entradas a los eventos. Empiezas con 10 personas, luego vienen 20... Fuimos creciendo y el año pasado hicimos el evento más grande para emprendedores de España con 2.600 personas, sin ningún patrocinio, sin ningún sponsor, sin ningún inversor....», comenta. Porque cada persona que acude paga su entrada y «tiene un día completo con mesas redondas con personas referentes en el sector, Networking, comida, espectáculo... ». Y así hasta llegar a tener tres empresas. La de este tipo de eventos (Vivir Brillando); otra que está organizando el primer mundial benéfico de fútbol para empresas (Business Social Cup), que se celebrará el 12 y 13 de enero en Ifema, y que quiere «juntar a 4.000 emprendedores de forma presencial y a dos millones de personas en streaming». Y también forma parte de Aquakarting de Sanxenxo, «el primer kart acuático del mundo. Es de una empresa gallega y nosotros creamos los circuitos y expandimos el concepto. Lo hemos arrancado hace año y medio y estamos implántandolo en Madrid. Pero ya está en Marrakech, en Dubái y en Sanxenxo, obviamente».

Tomás reconoce que cuando, hace seis años, dijo en casa que quería dejar la carrera para buscarse la vida, la noticia cayó como un jarro de agua fría: «Eso fue un drama familiar. Primero, porque fue bastante brusco. Así, como muy de repente. Y segundo, porque yo no era mal estudiante. Todo lo contrario. Tenía una de las notas altas de Galicia de bachillerato y había sido un alumno ejemplar durante la carrera. Mis padres no se lo esperaban, pero tuve esa revelación. Me di cuenta de que estaba estudiando la carrera que mi padre quería estudiar cuando era pequeño y no pudo. Y al final creo que hay tomar decisiones en base a lo que te dice el corazón», indica. Aunque ahora reconoce que todo eso ya pasó, y lo vive como una anécdota. «Yo les decía que sentía que estaba haciendo lo correcto y que quería crear mi camino por ahí. Al principio no tuve mucho apoyo, pero luego ya sí», aclara Tomás.

Sobre los riesgos que asumen tanto él como sus socios cada vez que organizan un evento de las características que antes comentaba, dice que la vida del emprendedor es así. «Siempre está el riesgo constante, porque siempre te vas a meter en otro evento donde las cantidades son mayores. Por ejemplo, el de Ifema ya tiene 1,2 millones de inversión, y supera todo lo que hemos hecho anteriormente. Entonces ya te metes en otro riesgo, pero a mí me gusta. Obviamente, no es un camino seguro, tienes retos y hay incertidumbres», pero insiste en que no le quita el sueño. Es más, solo le sirve para seguir apuntando más alto: «Mi sueño es llenar el Bernabéu. Juntar a 90.000 personas en un evento donde se promuevan los valores humanos y donde Coldplay esté allí cerrando el acto».

Porque por encima de todo, los valores son un denominador común en todos los proyectos de Tomás. Cree que es lo que nos mueve a todos y «nos mejora como personas». Buena culpa de ello la tiene uno de los deportistas más queridos: «Vi la primera final de Roland Garros de Rafa Nadal y fue como un flechazo. Me dije que eso era lo que quería ser de mayor. Empecé a jugar al tenis de competición por él y me pegué un cuaderno en mi habitación con las reglas que Nadal tenía en la pista: ‘Esfuérzate, respeta al rival siempre...' Eso es lo primero que veía al levantarme. Y eso es lo que aplico siempre en mi vida». Pues, por el momento, Tomás ya tiene punto de partido. Enhorabuena.