
El Mont Bar, un modesto y tradicional bar del Eixample de Barcelona, fue galardonado en el 2023 con la primera estrella Michelin ante el asombro de su chef Fran Agudo
16 feb 2024 . Actualizado a las 20:38 h.En Barcelona, conocida por su rica y diversa gastronomía, existe un lugar que se ha convertido en el epicentro de una divertida controversia. El Mont Bar entró el año pasado en el selecto club de los restaurantes de la guía roja, y este año la estrella que consiguió ha sido renovada. Pero el propietario de este local, Iván Castro y su chef, Fran Agudo, no están dispuestos a abandonar sus raíces y transformarse en un restaurante de alta cocina. Este peculiar establecimiento hostelero, desde siempre ha sido un sitio donde los lugareños se reunían para disfrutar de una buena cerveza, tapas caseras y un ambiente relajado. El cocinero Fran Agudo es un amante de la cocina tradicional y siempre ha mantenido la filosofía de ofrecer platos sencillos, pero deliciosos y a precios asequibles, a pesar de haberse formado en restaurantes como El Bulli (Ferran y Albert Adrià) y de haber sido jefe de cocina en Tickets (Albert Adrià).
Fran, cuando se enteró de que la famosa guía Michelin había decidido concederle una estrella, no pudo evitar reírse a carcajadas. «¡Esto es una locura!», exclamó. «¿Un bar como el nuestro, con suelos de mosaico y servilletas de papel, siendo reconocido por la guía más prestigiosa del mundo culinario? ¡Es una broma!». Pero la noticia se propagó rápidamente, y un nutrido grupo de gastrónomos ávidos de novedades comenzaron a llegar al Mont Bar, motivados por esos platos que habían sido elogiados por los críticos más exigentes. Fran, sin embargo, se negó a cambiar su menú o su estilo de servicio.
El chef nos cuenta que «al final, no deja de ser un ambiente de bar, ya que tienes la barra, tienes la cercanía entre mesa y mesa, incluso una mesa compartida donde todo está a mano». Y prosigue: «El espacio es el que es y en vez de minimizarlo intentamos potenciarlo dándole los códigos de un restaurante gastronómico, pero sin tener toda la solemnidad que a veces se transmite».
Pero otra de las cosas que distinguen a este bar, además de la comida, es la música. Para Fran forma parte del carácter del local. Con la intención de crear un ambiente diferente, que acompañe el tipo de comida y de servicio, mantiene el mismo estilo de música desde que abrió hace 10 años, sin ningún tipo de sobresaltos. Pretende con ello que puedas desconectar en la mesa. Dispone de terraza al más puro estilo de los chaflanes del ensanche barcelonés y, cuando llega el buen tiempo, también sirven comidas y cenas, pero solo a la carta. La completa lista de vinos está a la altura de la creatividad de los minibocados y las tapas de alta cocina que salen de «este restaurante con alma de bar».