Paco Montalvo, «el Paco de Lucía del violín»: «Di un concierto improvisado para Harrison Ford durante una cena»

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Valentin Gamiz | www.valentingamiz.com

Ofreció su primer recital con 6 años y a los 18 fue el violinista más joven en actuar en el Carnegie Hall de Nueva York: «Con 13 me fui de gira por Estados Unidos con un Stradivarius. Fue como subirse a un Ferrari»

03 jul 2024 . Actualizado a las 13:44 h.

Le llaman el Paco de Lucía del violín, aunque a él se le suban los colores cuando se lo dicen. Si lo ves tocar, lo entiendes. Porque es capaz de puntear este instrumento con tanta maestría que parece una guitarra española. Pero la música también es emoción. Y Paco Montalvo es capaz de ponerte los pelos de punta cuando toca. Así es este joven cordobés, de apenas 31 años, que ha hecho historia por muchos motivos. Fue el violinista más joven en debutar en la sala principal del prestigioso Carnegie Hall de Nueva York, con apenas 18 años. Al final del concierto recibió una gran ovación. También es el primer violinista especializado en flamenco, de ahí la comparación con el de Algeciras. Pero su dedicación al mundo de la música, no le impide mantener una vida completamente normal, muy sencilla, incluso: «No me he perdido ni una feria de Córdoba. Eso sí, no he ido todos los días. Pero un día o dos, mínimo. Incluso ahora, con todas las giras que tengo, siempre me coincide estar en casa», dice este joven talento, que ya tiene un presente muy prometedor, pero que sigue siendo fiel a sus orígenes.

«He tenido una infancia muy feliz. Y no recuerdo haber tenido que sacrificar nada importante. Siempre he estado con mis amigos en los viajes de fin de curso, en todo lo que tenía que estar. También en los primeros amores. Soy disfrutón, aunque me he esforzado mucho por llevar todo para adelante. La música también te enseña mucha disciplina», apunta.

Pero ¿cómo acabó siendo un virtuoso del violín? Mucho tuvo que ver que a su hermana mayor no le gustara la música. «Mi padre es catedrático de violín y a él le hacía ilusión que mi hermana, que era la primera, lo tocara también. Entonces, le regaló uno. Pero cada vez que lo cogía, lo tiraba por los aires. No le llamaba mucho la atención. Yo, en cambio, tengo una foto que me hizo una vecina con 11 meses en la que ya cogía el violín y me lo ponía con la postura de un violinista. Era lo que tenía en casa. Supongo que si hubiera tenido un piano o una guitarra, estaría tocando ahora ese instrumento», dice.

Un juego y un viaje

Paco cuenta que todo empezó como un juego y que no sabría decir cuántas horas le dedicaba a practicar de niño. Pero con apenas 6 años ya dio su primer recital, aunque no comenzó a tener conciencia de lo que podría lograr hasta la adolescencia: «Era un hobby. No había horas de estudio. Recuerdo que con 13 años gané un premio. Me seleccionaron para dar una gira por Estados Unidos con un Stradivarius. Y en ese viaje vi que lo que me gustaba era dar conciertos y tocar este instrumento». A partir de ese momento, decidió tomárselo en serio. Le dedicaba una media de cuatro o cinco horas al día. Además, le impactó tocar un instrumento tan valioso: «Lo recuerdo como algo increíble. Por un lado, tienes la sensación de que estás cogiendo una joya, una obra de arte del año 1700, aproximadamente. Tienes en tus manos parte de la historia. Pero ya cuando empiezas a tocarlo, tiene un sonido tan dulce y tan potente a la vez... Es como la primera vez que te subes a un Ferrari. Algo muy especial».

Su padre siempre jugó un papel fundamental en toda su carrera. «Tuvo la virtud de llevarme con los grandes maestros de violín desde pequeño. Cada mes y pico cogíamos un avión para ir a Inglaterra y nos pasábamos el fin de semana completo estudiando con algún gran maestro que estaba allí. También tuve la posibilidad de pasar temporadas largas en grandes universidades y eso ha sido también muy importante», cuenta. No es de extrañar que esté especialmente orgulloso de sus logros: «He aprendido técnicas de diferentes maestros, habré tenido más de 80 maestros por todo el mundo. Y yo le decía: ‘Papá, el de la semana pasada me decía que tocara con el brazo para abajo. Y este me dice que para arriba...’. Eran técnicas diferentes. Él me contestaba: ‘Tú aprende a tocar tal y como te dice cada uno de ellos y luego ya eliges lo que quieras’. Y así fue cómo aprendí la técnica italiana, la rusa, la alemana, la francesa...», relata.

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A los 16 años, Paco ya había superado todas las asignaturas de violín del Conservatorio. Le quedaban solo las teóricas, que logró sacárselas mientras cursaba bachillerato a distancia y aprobaba la EBAU con una media de notable. Fue, precisamente, en esa época cuando logró uno de sus grandes hitos. Convertirse en el violinista más joven en dar un concierto en el Carnegie Hall de Nueva York. «Fui a dar un concierto a Tel Aviv, con la Orquesta Sinfónica de la Ópera de Israel y tuve la suerte de que estaba entre el público un representante del Carnegie. Cuando acabé el concierto, vino a saludarme y me dio la enhorabuena. Me dijo que si quería tocar en Nueva York. Yo le dije que dónde había que firmar. Poco después nos llegó la propuesta de ese concierto en firme y fue uno de los conciertos que marcaron mi carrera. Fue increíble», explica sobre su experiencia en uno de los templos de la música clásica. «Fue un sueño ver las fotos de esos grandes violinistas y pianistas. Porque el Carnegie es reconocido por la música clásica, aunque también han tocado allí los Beatles, los Rolling o Paco de Lucía. Fue un sueño llegar allí y ver los camerinos, el escenario, una acústica brutal...», dice.

Siendo de Córdoba, Paco lleva el flamenco en la sangre. «Recuerdo volver de clase y escuchar de fondo a alguien cantando, una guitarra... Y luego con mi abuela, escuchaba a Paco de Lucía. Me pasaba ratos largos con ella. Mi tía bailaba flamenco... Se puede decir que el flamenco ha estado toda mi vida en casa, pero yo tenía una formación clásica y mi carrera estaba dirigida a ser concertista de violín clásico, aunque mi ilusión, desde chiquitito, era hacer flamenco. Recuerdo encerrarme en mi habitación y ponerme a tocar el violín encima de las grabaciones de Paco de Lucía», explica.

Abrir camino 

Fue así cómo fue surgiendo una idea en su cabeza: «Él ha sido mi referente, mi inspiración para hacer flamenco. Así que cuando me llaman el Paco de Lucía del violín, me hace mucha ilusión, salvando las distancias, lógicamente». Paco se dio cuenta de que el violín podía dejar de ser un instrumento de acompañamiento en este estilo: «El violín sonaba increíblemente bien por bulerías, por tango, por alegría, incluso rumba. Se me encendió la bombilla y me dije que ese era mi sueño. Hacer algo innovador con mi música. Y tuve la suerte de que se juntaron los ingredientes». Y se hizo un hueco, porque nadie le había dado protagonismo al violín en el mundo del flamenco.

«Un día, después de un concierto en Madrid, me llamó un amigo para invitarme a una cena en la embajada americana. Me contó que estaría allí Harrison Ford. Le dije que sí y me sentaron a su lado. Hablando con él me preguntó que a qué me dedicaba y le dije que hacía flamenco con el violín. Le sorprendió mucho. Tanto que me dijo que le encantaría verme algún día. Y yo no sé si fue el vino de la cena, pero llamé a mis músicos y los planté allí mismo. Tocamos algunas canciones para él. Le encantó. En el vídeo se le ve emocionado», cuenta.

Paco Montalvo también actuó en la gala anual que da Eva Longoria en París. «La conocí en Marbella. Quien le gestiona las galas le habló de mí y le pareció muy interesante. Y me invitaron al evento», cuenta. Además de grandes personalidades del mundo de flamenco, Paco también ha hecho colaboraciones con artistas de la talla de Yael Naim, ganadora de varios Grammys y con un estilo totalmente diferente al suyo, el indie pop. Está claro que Paco se atreve con todo. «Me encantaría tocar algún día con Mick Jagger. Sería un sueño», dice. Viendo su trayectoria, seguro que lo consigue.