Ignacio apostó por vivir en el campo: «Reformé mi casa con mis manos, no quería hipoteca»

ALEJANDRA CEBALLOS

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Ignacio Vázquez quería una vivienda en el entorno rural y la encontró en A Esperela, a diez minutos de Betanzos, donde se ha comprado una palleira que está reconstruyendo. «Quería ser libre y que costase poco», asegura

16 ene 2025 . Actualizado a las 16:18 h.

Ignacio Vázquez es un coruñés que tiene muy claro lo que quiere para su vida: ser libre, una casa en el campo, y manejar su propio tiempo. También le da importancia a la convivencia con los vecinos y los ruidos a su alrededor. Tanto es así que antes de comprar su nueva vivienda, durmió algunas noches en la aldea donde está ubicada. «Quería saber dónde me iba a meter y conocer hasta el más mínimo detalle, incluso si había gallos, soy muy sensible a ciertos ruidos», explica. Por esta razón, en el verano del 2023 pasó varias noches en A Esperela, una aldea de 20 habitantes a diez minutos de Betanzos, donde ha comprado una palleira con 4.000 metros de finca que convertirá en su vivienda. En varias ocasiones fue en su furgoneta y pasó la noche allí hasta estar seguro de que sí era lo que quería para sí. «Incluso me propuse conocer a los vecinos. En la ciudad no hubiera podido. Llegas a un piso y tienes de vecinos a los que haya, pero aquí sí que era más fácil hablar con la gente», continúa. Además de las personas mayores que siempre han vivido allí, hay dos parejas jóvenes con sus hijos. «Sé que no soy el único que quiere una vida más tranquila», dice. Pero no siempre ha vivido en la naturaleza. Cuando era más joven y sus hijas eran más pequeñas, vivía en Arteixo con ellas dos y su pareja. «Estaba metido en el mundo de las niñas, y aparté mi sueño por un tiempo, pero sabía que tarde o temprano volvería a retomar la idea de vivir en el campo. Ahora mis hijas tienen 17 y 21 y me he encarrilado a vivir así», narra Ignacio.

«No es que no me guste salir nunca. También me gusta ver a mis amigos, ir al cine, pero n me encanta el contacto con la naturaleza. Además, cuando vives en comunidad, hay muchas cosas que escapan de tu control. Ahora busco la tranquilidad», asegura.

UN TRABAJO A MEDIDA

Por lo demás, también tiene muy claro lo importante que es para sí mismo: la libertad, tanto financiera como temporal. «La mayoría de la gente vive con el jefe encima, por unos sueldos bajísimos y se ven obligados a vivir en la ciudad, esperando a que llegue el fin de semana para descansar. Yo voy un poco a contra corriente; me apasiona mi trabajo y también curro los fines de semana», reflexiona.

Hace más de 20 años se dedica a la reparación de cometas de kitesurf y se ha hecho autónomo para manejar sus tiempos y dedicarse a lo que le apasiona. «El trabajo es mi columna vertebral. Al final, es en lo que más tiempo invertimos, así que tiene que gustarte. Y no es que trabaje poco, solo que me he esforzado por tener este estilo de vida, y ahora aprovecho mis ratos libres para trabajar en la reconstrucción de la casa», explica.

UN ENTORNO IDEAL

Con su futura casa fue igual. «Llevaba varios años buscando una casa de piedra con un encanto especial, en un pueblo bonito y que el entorno fuera ideal. Además, no me metí en una hipoteca, quedas endeudado toda la vida. Quería hacerlo a mi manera, así que tenía un dinero ahorrado y busqué una casa que costase poco dinero, así tuviese que reformarla yo mismo», explica.

Lo primero que hizo fue tirar la basura que había en la antigua palleira; también consiguió un arquitecto que hiciese el proyecto de reforma; pidió autorización para cambiar el uso de la edificación, y se puso manos a la obra. Ahora documenta el progreso de la construcción en su canal de YouTube @PalleiraEsperela, donde, como él mismo dice, también ha encontrado personas que le dan consejos o que se interesan por el proyecto.

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«Quiero transmitir con mis vídeos que hay otra forma de vivir, que no sea solo pensando en el dinero. No digo que sea mejor, ni peor, solo que la gente sepa que se puede vivir de otro modo, siendo libre», dice. Por eso, quiere cultivar sus propios alimentos, tener su propia energía y terminar de construir su propia casa. «Sé que dependemos de la sociedad, pero cuanto más libres seamos, mejor», concluye convencido.