Violeta, premio extraordinario de arte a los 21 años: «Me metí para probar y acabé descubriendo mi vocación»
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«No tengo ni idea de solfeo, pero me gusta hacer experimentación musical. Hice una banda sonora hecha por mí para acompañar las ilustraciones de mi proyecto», dice esta vecina de A Laracha
25 ene 2025 . Actualizado a las 18:14 h.Violeta González es una fuera de serie. Esta joven de A Laracha de 21 años ha recibido el premio extraordinario de arte de la Xunta, concretamente en la especialidad de Ilustración. Tiene un expediente brillante en la Escuela de Arte Pablo Picasso de A Coruña. Pero para recibir este premio no basta con acreditar una media de sobresaliente. «Presenté un proyecto final sin saber muy bien lo que iban a valorar. Iba sobre las sensaciones del día y de la noche. Hice un recorrido a lo largo de la jornada a través de esas sensaciones que pueden ir apareciendo. Era todo muy abstracto y experimental. Por ejemplo, la pereza de las mañanas y el sabor de la tarde. Pero además de la ilustración, también me basé en la música. Creé un álbum ilustrado con bandas sonoras mías. El proyecto era multidisciplinar», asegura.
Precisamente, uno de los aspectos que ha descubierto con este proyecto son sus cualidades para la música: «No tengo ni idea de solfeo. Pero, a veces, me gusta hacer experimentación musical. Por ejemplo, en el proyecto lo que hice fue añadir una banda sonora hecha por mí, para acompañar a las ilustraciones y crear las sensaciones del día y de la noche. Y luego también metí códigos QR para que apareciesen unos audiovisuales, que es donde salían las ilustraciones y la música». Ella reconoce que es prácticamente autodidacta: «Antes de entrar en Ilustración fui a clases de piano para intentar entrar en el conservatorio. Quería hacer Composición. Pero las clases eran muy técnicas y me costó mucho centrarme y estar ahí. Al final, no funcionó, porque la parte técnica me cuesta mucho más que la creativa. Yo voy haciendo cosas de forma experimental».
Violeta siempre ha sido muy buena estudiante. «He sido de notas y creo que nunca he suspendido ninguna asignatura. Algún examen igual sí, pero pocos», confiesa. Pero reconoce que la pasión por el mundo de la ilustración le llegó tarde: «La verdad es que entré en el ciclo sin saber muy bien adónde me iba a llevar, porque no lo tenía del todo claro. De hecho, terminé el bachillerato de artes y no fue inmediato. Es decir, no entré al año siguiente, sino al otro. Me metí un poco para probar y la verdad es que acabé muy contenta y viéndolo como mi vocación». «Siempre me había gustado dibujar, pero no sabía que iba a ir por esa rama de forma directa», añade.
Violeta se encuentra ahora en la encrucijada de decidir su futuro, pero tal y como está siendo su trayectoria, seguro que todo le irá de diez: «Ahora mismo estoy buscando un poco mi rumbo profesional. Pero tengo claro que me gustaría ser ilustradora. Me encantaría conseguir publicar algún álbum ilustrado. Y estoy trabajando un poco por mi cuenta, a ver adónde me lleva. Me gustaría desarrollar mis propios proyectos profesionales». En realidad, tanto ella como Sofía no tienen de qué preocuparse. Con el talento que tienen y lo joven que es, no hay duda de que tiene un futuro más que prometedor.