Las «listening parties»: pagar entrada para escuchar el disco antes de que se edite

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La cantante Aitana durante la presentación de su nuevo disco «El cuarto azul»
La cantante Aitana durante la presentación de su nuevo disco «El cuarto azul» JUANJO MARTIN

Aitana no cantó pero celebró un gran evento en el Movistar Arena cobrando entrada para escuchar su nuevo álbum. La artista solo comentó las canciones. Pese a las críticas, los fans quedaron encantados y nos cuentan la experiencia

10 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

No es algo nuevo que el departamento de promoción de un cantante organice un evento para escuchar el nuevo disco de un artista días antes de que este salga a la venta. Tampoco resulta una novedad, aunque esto haya llegado más tarde, que todo tome trazas de espectáculo por el que cobrar una entrada y que los fans entreguen su dinero para poder vivir esa experiencia. Pero que una artista como Aitana —la estrella pop femenina cuya dimensión en el panorama nacional solo es superada por Rosalía— haya optado por cerrar el Movistar Arena convocando —previo pago de 16,20 euros— a sus fans al oxímoron de una gigantesca y colectiva experiencia íntima ha puesto el concepto de las listening parties en boca de todos. Las imágenes del evento con el que su fandom escuchaba El cuarto azul por primera vez —tres días antes de la salida oficial— se dispararon a toda velocidad por las redes sociales. Mostraba el fervor de sus seguidores. Despertaba los signos de admiración de los curiosos. Y generaba también más de una crítica por aquellos que veían un afán recaudatorio en la artista totalmente excesivo.

Ella pronto salió al paso. Aitana asegura que no ha ganado nada, que la recaudación se ha destinado exclusivamente a pagar a la gente que trabajó en el evento (80 personas, dice) y todos los gastos generados. Desde luego, para sus devotos la entrada no fue un obstáculo, ni algo por lo que mostrar malestar. «El precio es más que acertado», dice Josh Aleix uno de los miles de asistentes a la cita teñida de azul en el que Aitana quiso recrear esa habitación en la que reflexionar y sanar el corazón. «Hay muchísima gente trabajando allí y todos tenemos que cobrar por nuestro trabajo —continúa Aleix—. Me parece un precio simbólico para lo que fue. Además, ella misma ha contado que otros que han hecho listening parties no han cobrado nada por tener patrocinador y ella no lo tuvo, ni tampoco obtenía beneficios de ella. Creo que está más que justificado el precio».

Iria López también acudió a la llamada. Lo relata así: «La experiencia fue simplemente increíble. Desde que entré se notaba que no era un evento cualquiera. Todo estaba cuidado al detalle: la ambientación, la iluminación, el sonido… pero, sobre todo, el ambiente. Se respiraba emoción, respeto y conexión. Lo que más nos gustó, sin duda, fue la cercanía de Aitana. No solo por verla tan de cerca, sino por cómo hablaba, cómo explicaba cada canción y cómo compartía con nosotros cosas tan personales. Era como si estuviéramos en su casa, escuchando su nuevo disco juntos por primera vez».

La cantante Aitana durante la presentación de su nuevo disco «El cuarto azul»
La cantante Aitana durante la presentación de su nuevo disco «El cuarto azul» JUANJO MARTIN | EFE

UN MODELO QUE VIENE DE ATRÁS

Antes de Aitana un artista como Delaossa ya protagonizó experiencias similares en España. En el 2023 convocó a sus fieles al pabellón de Vistalegre de Madrid para presentar su disco La madrugá. En el plano internacional, es obligado mencionar a Kanye West, quien se abrazó a lo pirotécnico para presentar su álbum Donda (2021). Organizó varias listening parties masivas y teatrales en estadios, como en el Mercedes-Benz Stadium de Atlanta, con gran despliegue audiovisual. También Billie Eilish apeló a estos estrenos espectaculares. El año pasado reunió a miles de personas en el Barclays Center de Brooklyn en Nueva York para dar a conocer su disco Hit Me Hard and Soft (2024). Por último, cabe mencionar a Taylor Swift, referente total de Aitana y la figura que le marca actualmente el pulso al pop internacional. También ofreció a sus fans la oportunidad de escuchar el material antes de salir. Con el disco 1989 (2014) así ocurrió. Pero de un modo muy especial: la artista invitaba a un grupo reducido de personas a su propia casa. Ella seleccionó personalmente a los asistentes a través de sus redes sociales.

Aitana ha optado claramente por la vía más grandiosa e icónica, obteniendo un enorme eco mediático que se transformó en publicidad gratuita para su lanzamiento. En el centro del recinto recreó una habitación que evocaba el dormitorio de su infancia, con una ambientación diseñada para reflejar el viaje emocional del disco, desde la oscuridad hasta la luz. «Ha sido increíble en una atmósfera muy especial, gracias a su dedicación con el evento y lo que lo engloba en el aspecto de temas visuales y decoración», opina Adrián Marín, otro fan que no pensó quedarse en casa ni un segundo. Considera que sí se logró ese ambiente de intimidad y cercanía deseado. «Fui muy ilusionado y salí muy feliz —añade—. Ha sido uno de los eventos más íntimos a los que he acudido de mis artistas favoritos. Además, solo habilitó la primera planta del Movistar Arena, espacio que vendió entero, haciéndolo más íntimo que con todo el recinto lleno».

Igual que el resto de los que se reunieron en la listening party, Adrián disfrutó de una escucha colectiva y guiada de las 19 canciones del disco, sin actuaciones en vivo pero sí con los comentarios de Aitana. Compartió detalles íntimos sobre el proceso creativo y personal detrás de cada tema, abordando experiencias como su depresión, rupturas sentimentales y homenajes familiares. «Lo que más me ha gustado ha sido disfrutar de las canciones de su disco más personal a la vez que entender el porqué de cada tema», apunta Iria López. «Sentías que estabas compartiendo algo real con ella, algo que no es solo música, sino una parte de su vida. La forma en la que nos hablaba, cómo nos miraba, cómo se emocionaba… Sí, esa intimidad de la que ella habla se sintió. Y es algo que no se va a olvidar nunca para la gente que estuvo presente», añade.

A la izquierda, escucha comentada del disco de Nadadora «Aventuras dentro de cajas» celebrada la semana pasada en Madrid. A la derecha, «listening party» en Ourense para escuchar un disco de Damien Jurado antes de salir a la venta.
A la izquierda, escucha comentada del disco de Nadadora «Aventuras dentro de cajas» celebrada la semana pasada en Madrid. A la derecha, «listening party» en Ourense para escuchar un disco de Damien Jurado antes de salir a la venta. .

Las listening parties no son un invento de esta década. Ni siquiera, del siglo XXI. En Galicia, por ejemplo, ya se hacían en la sala Playa Club de A Coruña en los primeros años 70. Nonito Pereira, responsable del establecimiento hasta los noventa, recordaba en su libro de memorias cómo en 1972 presentó en exclusiva nacional el disco El sonido de la joven América, que recogía muchos éxitos de la Tamla Motown. Lo llamaban entonces «audiciones» y entregaban a los asistentes un dosier para que supieran qué estaban escuchando. Mucho más próximo en el tiempo, el café pop Torgal de Ourense presentó en exclusiva el disco The Horizon Just Laughed (2018) de Damien Jurado. El artista, que actuó varias veces en el local, conectó muy bien con los hermanos Isaac y David Pedrouzo que lo regentan. En sus recitales en el resto de la península hizo mención a ello varias veces. Con este disco tuvo un detalle único: les pasó el material antes de su edición para deleite de su clientela. «Ganamos menos pasta que Aitana, pero lo hicimos antes que ella», dicen los hosteleros con ironía.

Esta misma semana tuvo lugar en Madrid otra listening party muy singular protagonizada por un grupo gallego. Se podría tomar casi como el reverso de la de Aitana. Gonzalo Abalo, cantante y guitarra del grupo indie Nadadora estuvo en la Asociación de Vecinos de la Expansión de San Lorenzo en el barrio de Hortaleza. Allí, entre cervezas, ganchitos y patatas fritas, habló y explicó como se grabó Aventuras dentro de cajas (2005), el primer disco del grupo que acaba de ser reeditado en vinilo por el pequeño sello Jabalina. Otra manera de conectar con esos seguidores que, más allá de la escucha, quieren conocer de boca de sus protagonistas los secretos de cada canción. Igual que los de Aitana, pero en pequeñito.