
De un pueblo de León y hasta desde Almería, llegaron a la capital gallega con la espina de no poder llegar hasta el Obradoiro. «Nos queda ese gusanillo, así que tenemos que volver», señalan
29 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Si alguien está pensando en despedirse de su emblemático tractor de la marca ourensana Barreiros, es muy probable, es casi seguro, que la Asociación de Amigos del Tractor trate de agenciárselo. Amantes del vehículo agrario por excelencia, ocho de sus miembros decidieron que sus clásicos podían permitirse una nueva aventura: hacer el Camino de Santiago desde el pueblo de casi todos ellos, San Román de los Caballeros (municipio de Llamas de la Ribera, en León). También se unió al reto Julián, que metió su tractor en la góndola de su camión y se fue desde su casa, en Almería, a San Román. «Llevábamos con ganas de hacerlo cinco años. Pero lo de siempre: uno no podía, el otro no sé qué. Y dijimos que este año tenía que salir adelante», explica Jesús Pérez, mecánico y consumado experto en restauración de tractores. Le viene de su padre, que tenía un taller especializado en estos vehículos. «Siempre he estado vinculado a todo lo agrícola», afirma. Hoy ya hace años que él y su hermano abrieron la mano al optar por abarcar más turismos y utilitarios. También tiene experiencia en peregrinar a Santiago con vehículos clásicos. «En el 2004, lo hicimos cuatro amigos con un Seat 500». La fiebre de este intrépido grupo por los clásicos no se queda en los tractores. «Yo lo he hecho una vez desde Roncesvalles y tres desde León. Con camiones clásicos y una vez con un Citroën dos caballos, cuenta Rafa González, otro coleccionista de reliquias que, además, ha sido el responsable de trazar la ruta hasta la capital compostelana.
El plan de Rafa resultó casi infalible. Sus descansos (Samos y Arzúa en la parte gallega), reconfortantes. La ruta, a unos perseverantes 15 kilómetros por hora —el rabillo del ojo siempre atento a los coches que les adelantan— con descansos cada cierto tiempo, muy agradables. Pero faltó la guinda. «No hemos podido entrar en la plaza del Obradoiro con los tractores. Teníamos que haberlo solicitado con dos semanas de antelación. Nos queda ese gusanillo, así que tenemos que volver ahora que ya lo sabemos», explica Rafa.
La flota de tractores que tuvo que esperar en el Monte do Gozo haría las delicias de muchos nostálgicos. Dos Barreiros del modelo 245 y otros tantos en su variedad más alargada, la industrial. Todos ellos bañados en un reluciente color rojo, clásico en este modelo de tractor. De un vistoso amarillo, acompañan dos tractores más cortos —uno de ellos con un matiz púrpura, la bandera de León—: los Saca Internacional S435.
«Hay que estar muy atento. La gente, sobre todo antes, no sabía que hay coleccionistas y muchos acaban en la chatarra. Todavía quedan, porque son tractores muy duros. Hay personas que los aprecian y los restauran. El que llevé al Camino lo compré hace siete años. A mí, con que sea Barreiros, ya me vale. Hay que hacerles de todo: cambiar toda la instalación eléctrica, revisar el motor, pintarlos enteros...», expone Rafa.