
Airbag ha aportado a la cultura popular un buen puñado de frases memorables y un anticipo histórico que los productores de la película incorporaron por inverosímil: un lendakari negro. La cinta es de 1997 y en la secuencia que nos ocupa el actor que interpreta al presidente vasco desciende del coche oficial a ritmo de aurresku y le devuelve a Rosa María Sardá un formal pero charramangueiro eskarrik asko. El director Juanma Bajo Ulloa contó años después del éxito formidable de la cinta que el papel se lo ofreció inicialmente a Kiko Veneno para que diera vida a un lendakari gitano, pero la noche anterior al rodaje, el artista zanjaba un bolo en Berlín y el largo camino de vuelta en furgoneta se convirtió en incompatible con la convocatoria lanzada desde Airbag. En el mismo set de rodaje, y con la premura del tiempo (y el dinero) que son la esencia del oficio, Bajo Ulloa levantó la vista hacia la figuración y detectó la presencia de un actor negro, norteamericano, que no hablaba ni español ni euskera y al que tras tratar de entrenar en la fonética del eskarrik asko decidieron fichar. «Di por favor eskarrik asko —recordó el director en una entrevista en el pódcast La noche de...—. Y el tipo empieza eskisko, eskaskiskasko. Y yo, no, eskarisk asko, eskarrik asko… Y cada vez lo decía peor. Y digo, bueno, dilo así, como te salga, si total esto es el absurdo total, no solamente el lendakari va a ser negro sino que lo va a decir a su manera». La cuestión es que el lendakari negro de Airbag dio al final una puntada más en el surrealista universo de la película porque en aquel final del siglo XX nada podía ser más inconcebible.
Recordé esta secuencia durante la rueda de prensa de Iñaki Williams en la que el jugador pronunció un emocionante alegato desde su condición de primer capitán negro de padres africanos que ejerce en el Athletic de Bilbao. Pocos días antes había sido lo de Torre Pacheco, con toda su carga de tristeza y miedo por lo que viene, con lo que escuchar al mayor de los Williams se convirtió en un bálsamo frente a la barbarie. «La ultraderecha está de moda, así que tenemos que seguir callando bocas», sentenció el deportista. «Somos gente de familia humilde y exponerlo es bueno para todos», añadió. Treinta años después, lo que era absurdo en Airbag se ha convertido en real. Y esto nos hace mejores a todos.