Omar Vázquez, socio de oro del Celta de Vigo: «Voy a la tribuna alta de Balaídos desde que nací»

ANDRÉS QUINTIÁN / M. V.

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XOÁN CARLOS GIL

El regreso a Europa del conjunto celeste emociona a este aficionado, que siempre ha sido fiel a los vigueses, incluso en los momentos más aciagos

20 ago 2025 . Actualizado a las 12:55 h.

«Esto es una tradición familiar, mi padre me hizo abonado en su día y yo hago lo mismo con mis hijos», exclama Omar Vázquez Verissimo, socio del Celta de Vigo desde su nacimiento, hace ya 51 años. El vigués, que fue galardonado con la insignia de oro de los celestes la pasada temporada, lleva acompañando al conjunto olívico durante medio siglo en los partidos de local y en los de visitante: «Siempre intentamos hacer una salida al año. El año pasado vi el partido de Copa del Rey contra el Real Madrid en el Santiago Bernabéu, pero también he estado en Sevilla, Valladolid, Barcelona... Esta temporada toca planear un viaje a algún encuentro de la Europa League».

El nuevo curso, que supone el regreso a la antigua Copa de la UEFA, después del infame fallo de Guidetti ante el Manchester United en las semifinales del 2017, ilusiona a este aficionado, que se siente especialmente motivado con el fichaje de Bryan Zaragoza: «Su llegada es tremenda, es una grandísima incorporación». Aun con todas las ganas con las que afronta este retorno triunfal a la competición intercontinental, Omar no lo identifica como el período más brillante de la historia del Celta. «La mejor temporada fue la del 2003, cuando nos clasificamos a la Champions en la última jornada ganándole a la Real Sociedad, que vino a Balaídos jugándose el título de Liga», comenta. Pero no todo ha sido felicidad como seguidor, también ha tenido que afrontar momentos realmente duros: «Intento no acordarme de lo malo, pero fue terrible cuando Michu falló el penalti decisivo en la tanda de las semifinales del playoff de ascenso contra el Granada, en el 2011. También fue duro descender el mismo año que jugamos Champions». Además de estos aciagos recuerdos, tuvo que aguantar la época dorada del máximo rival de una forma muy cercana: «Estudié en A Coruña del 94 al 98, así que coincidí con el Superdépor. En la residencia donde vivía conocí a varios canteranos de aquellos tiempos con los que todavía conservo amistad». Al contrario que otros fanáticos de ambos conjuntos, él no le desea mal al prójimo. «Son equipos gallegos, lo ideal es que estén los dos arriba para que tengamos derbi. Aun así, yo solo me fijo en lo mío, no en lo que haga el resto», declara.

Respecto a las grandes citas de los vigueses en los últimos tiempos, en las que miles de personas se congregan en los aledaños de la casa celtista para llevar en volandas al equipo, el entrevistado prefiere mantenerse un poco al margen: «Cuando hay demasiada aglomeración, suelo llegar un poquito más tarde al partido. No me meto mucho en esas fiestas previas que se hacen allí, prefiero verlo desde la distancia». El resto de días, sigue siempre una rutina parecida: «Suelo llegar una hora antes para tomar algo con mis amigos en el bar Don Balón, y si es a primera hora de la tarde, aprovechamos el ratillo de antes para ir a comer algo».

50 años de pasión no son nada para un Omar que prefiere ser prudente con sus expectativas para esta temporada: «Tenemos que intentar asegurar la categoría lo antes posible, como el año pasado con Claudio Giráldez, y después dedicarnos a disfrutar, que la Europa League es un torneo muy complicado».