Psicólogos y sexólogas analizan a las parejas del «reality»: «Lo que pasa en 'La isla de las tentaciones' es justo lo que no hay que hacer»
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¡Hoguera de emergencia! Psicólogos y sexólogos analizan a las parejas de «La isla de las tentaciones», el porqué del éxito del programa y sus riesgos. «La gente cree que es un modelo a seguir e intenta resolver en la vida real los problemas de forma parecida», afirman
01 dic 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Una villa en la República Dominicana, playas paradisíacas y mucha fiesta. Esto, unido a la convivencia con solteros y solteras, hace que a las parejas se les haga complicado no caer en la tentación. Algunas, como la de Gilbert y Claudia o Juanpi y Sandra, ya han mordido la manzana. ¿Por qué triunfa La isla de las tentaciones?
«Creo que representa una realidad de este país. Como psicóloga estoy muy a favor de utilizar este tipo de programas para reflexionar y pensar hacia dónde vamos como sociedad. Creo que puede ser muy pedagógico si lo pillas desde el punto de lo que no hay que hacer», explica Lara Ferreiro, psicóloga y experta en terapia de pareja. «Las personas buscamos en las pantallas las emociones que nos faltan. Como las mujeres son love addicted —adictas al amor— y quieren sentir ese sentimiento de enamoramiento todo el rato, si en su vida no hay esa chispa, entonces ven una película que se lo haga sentir. A los hombres les gusta más consumir la emoción de poder, por eso ven las pelis de acción donde primero sienten rabia por la injusticia que sufre el protagonista y después se convierte en el héroe que salva el mundo. Lo que puede sentir la gente con este programa es esa activación de cuando alguien te gusta pero aún no lo tienes garantizado, el morbo de traspasar una prohibición», explica Aránzazu García, psicóloga y sexóloga del gabinete de psicología Intimae.
El «efecto llamada»
Pero este tipo de programas también pueden traer consecuencias. «Por ejemplo, un aumento de la ansiedad por separación, sobre todo cuando se tiene apego ansioso. Al estar separados en villas, no ven la amenaza. Por eso la luz de las tentaciones puede generar muchísima ansiedad. Además, se produce un incremento de los celos reactivos al ver las imágenes en tu pareja con otra u otro en la tablet. La presencia constante de tentadores y tentadoras los aumenta en un 70,%», puntualiza Ferreiro. «Se banalizan las relaciones. Creo que en general, ya está normalizado el vivir del cuento. Como soy joven, guapo y voy a ser rico y famoso simplemente hablando de mis historias, a ver si logro el sueño americano. Es como si la vida privada, las relaciones y los sentimientos fuesen una moneda de cambio para ello», afirma Aránzazu García. Algo con lo que también está de acuerdo Lara Ferreiro. «A mí me da la sensación de que hay parejas que incluso lo pactan antes de entrar y otras sencillamente se dejan llevar», apunta. «La exposición de los conflictos y la manera que tienen de resolverlos ahí no es la manera más adecuada de hacerlo. Entonces la gente cree que es un modelo a seguir e intentan resolverlos en la vida real de forma parecida», detalla Juan Romero, sexólogo y doctor en Psicología.
Aquí parece que si uno se deja llevar con su tentador, su pareja hace lo mismo. «Son excusas y argumentos que a veces uno utiliza para poder sobrepasar los límites y que no dejan de ser creencias irracionales sobre determinados aspectos», indica Romero. Para García existe un consenso previo. «Cuando una pareja va ahí está tomando ya una decisión, porque el programa va de lo que va. Tampoco es una venganza al uso. Es como si yo digo: “Vamos a jugar al fútbol, aprovecho que es un juego y con esa excusa te robo el balón”. Entonces el juego va de robárselo. La fidelidad ahí no vende, porque cuando los participantes son aburridos se van.
Y ojo con la presión de grupo. «Si tú ves que todos tus compañeros de la isla están enrollándose con alguien, tú terminas haciéndolo, es el efecto llamada», apunta Ferreiro.
Las relaciones líquidas
Hoy en día parece triunfan las relaciones líquidas. «Son vínculos afectivos que utilizas por la fragilidad, evitar el compromiso y la superficialidad. El término ‘fluir’ me pone muy nerviosa», afirma Ferreiro. «Ahora todo tiene que ser rápido, fácil y barato. En las relaciones de hace 30 años, la gente se casaba joven y tenía la idea de que debía ser de por vida. Eso se fue flexibilizando. Quitarnos de encima la idea de que las parejas tienen que durar toda la vida, me parece lo más sano y realista, pero hace falta responsabilidad afectiva y no podemos pasar de una relación a otra a la primera de cambio. Uno entra en una relación porque lo siente, pero la otra persona no es un objeto de uso que podamos descartar de cualquier manera ni de no cuidarla en la ruptura», detalla García.
Por último, el peligro de las redes y lo irreal. «La exposición constante a esto les hace creer que siempre hay que dar lo mejor de uno mismo. Por eso esperan que su relación de pareja o sus relaciones íntimas deban ser siempre lo máximo y no llegan nunca a cubrir unos ciertos estándares que supuestamente están en las redes. Eso los lleva a frustrarse y, para evitarlo, lo que hacen es cambiar automáticamente todo» explica Romero.
Así son las parejas según los expertos
Claudia y Gilbert: “Ella es inmadura y él siempre la complace”
Ella se define como «caprichosa, posesiva y celosa», pero al mismo tiempo tiene miedo de perder a Gilbert. Al mes de comenzar su relación, se fueron a vivir juntos. Ella ya ha caído en la tentación con Gerard. «A Claudia también le encanta gustar y Gilbert siempre intenta cumplir sus deseos para complacerla», apunta una de las psicólogas.
Nieves y Lorenzo: “Ella es más independiente que él”
Aunque ya han abandonado la isla, se llevan ocho años y confesaron que la diferencia de edad les juega malas pasadas en su relación. Para Lara Ferreiro: «Él es muy celoso y tiene miedo al abandono. Esa impulsividad emocional hace que le pida matrimonio como forma de asegurarse el vínculo. Ella, en cambio, necesita menos tendencia al control y más independencia».
Darío y Almudena: “Ambos tienen una relación dependiente y absorbente”
«Tienen una relación absorbente desde muy jóvenes con miedo a perderse mutuamente. En ellos la introducción temprana a la pareja sin explorar otras etapas vitales refuerza la dependencia», dice una de las psicólogas. «Al tener apego ansioso, es un poco impredecible lo que va a ocurrir. Aquí los celos son muy protagonistas», añade Juan Romero.
Juanpi y Sandra: “A él le encanta gustar, es un poco narcisista”
«Él parece tener un apego desorganizado, porque afirma tener dos personalidades. Este tipo de apego aumentaría las probabilidades de que esa relación no funcione», indica Juan Romero. «Él no se compromete. Le encanta gustar y es un poco narcisista. Sandra tiene apego ansioso. Al ser adicta emocional se engancha a las emociones tóxicas», dice Ferreiro.
Rodrigo y Elena: “Tienen una relación caótica con picos de intensidad”
Llevan juntos un año. «Rodrigo estando aún con su ex, inició una relación con Elena. Eso es el ‘efecto Tarzán’, una detrás de otra. Se ve una relación caótica con picos de intensidad. Él funciona como las máquinas tragaperras, que un día te da y otro no. Esto se llama refuerzo intermitente y es lo que engancha», subraya Lara Ferreiro.