El canapé fue símbolo de una época pero hoy no tiene quien lo cuide: la piedra está ennegrecida y colonizada por plantas, musgos y hasta chicles. Tampoco hay una sola placa que indique a los viandantes qué es y su verdadera historia. Una experta analiza su relevancia y la necesidad de intervenir y «dignificarlo»
Cristina Centeno