Las víctimas eran marcadas sin anestesia con un bolígrafo cauterizador, arruinadas económicamente y obligadas a participar en actos sexuales con el líder
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El ministro de Justicia, Peter Biesenbach, se mostró consternado y admitió que «no imaginaba ni de lejos la dimensión que tienen los abusos a menores en la Red»
El detenido mantenía «una actividad delictiva muy elevada», compartiendo y difundiendo a diario «miles de vídeos y fotografías de extrema crudeza desde su domicilio»
Compartían material pedófilo y contenidos de violencia extrema, llegando a elaborar «stickers» en los que se observaba a menores muy pequeños abusados sexualmente