¿Qué tiene el ‘château’ de Brad Pitt y Angelina Jolie para haberse convertido en 'el castillo de la lucha'?

Un château en la Provenza ha reabierto las heridas entre Angelina Jolie y Brad Pitt. Sumidos en un divorcio que dura ya seis años, Pitt ha demandado a su ex por vender a Yuri Shefler, empresario ruso dueño de marcas como Stolichnaya, su participación en una finca y bodega que compraron en 2008. Y ella ha contraatacado: con otra demanda y una auténtica 'bomba' contra el actor.

La mansión en disputa es el Château Miraval, a 80 km de Saint-Tropez, una propiedad de 500 hectáreas –30 de ellas dedicadas a la producción de rosados– que alquilaron inicialmente para asistir al festival de Cannes; se enamoraron entonces del lugar y acabaron pagando por ella 60 millones de dólares.

Reformado por la pareja, el château, que cuenta con lago, piscina, jacuzzi, varios gimnasios, 35 habitaciones y seis pequeñas casas para alojar a invitados, fue en su día un reputado estudio de grabación –AC/DC, Pink Floyd (parte de su mítico The Wall fue grabado allí), Sting, Sade o los Gypsy Kings figuran en la lista de antiguos inquilinos– hasta que llegó la pareja.

Como retiro vacacional y nido de amor, Jolie y Pitt, que se conocieron en el rodaje de Mr & Mrs Smith en 2004, pasaron aquí largas temporadas y fue, además, el escenario de su íntima boda (22 invitados), en 2014. Hasta que el inicio de su divorcio, que Angelina solicitó alegando diferencias irreconciliables, echó por tierra todo aquel romanticismo.

Corría el año 2016 y, de pronto, la propiedad se convirtió en manzana de la discordia entre ambos. Intentaron venderla juntos ese mismo año, informó entonces el US Weekly, por 55 millones, pero no aparecieron compradores lo suficientemente interesados.

A pesar de la disputa, Pitt ha dedicado mucho esfuerzo a sus vinos rosados, colocados hoy entre los más apreciados de Francia. Y en 2020 comercializó una edición limitada de champán rosado, Fleur de Miraval, a razón de 390 dólares la botella que pretendía ser la plataforma de lanzamiento de su nueva actividad vitivinícola. Razón por la cual la jugada de su ex le ha sentado como cuerno quemado.

Por eso el actor ha impugnado la venta ante un tribunal de Los Ángeles, acusando a Jolie de querer dañar su negocio. Según los abogados de Pitt, la expareja acordó en su día no vender sus respectivas acciones sin el consentimiento del otro. Y eso es lo que, señalan los letrados, Jolie habría hecho, «violando a sabiendas los derechos contractuales de Pitt», con el agravante de hacerlo en pleno proceso de divorcio. Alegan, además, que Shefler, «con sus tácticas comerciales asesinas», está dañando el negocio que su cliente «construyó con tanta diligencia».

Y la respuesta de Jolie, ha sido demoledora. Ya en la demanda de divorcio, la actriz había afirmado que el comportamiento de Pitt con los seis hijos que comparte, Madoxx, Pax, Zahara, Shiloh, Vivienne y Knox, había sido agresivo durante un vuelo privado en el que viajaban todos juntos en 2016. Pero no había entrado en detalles. Ahora, cuando está en juego el chateau francés, sí ha contado los escabrosos detalles.

Según Jolie, y como recogen los documentos judiciales filtrados esta semana, el comportamiento agresivo de Brad comenzó antes de que llegaran al aeropuerto. Después del despegue, Jolie se acercó a Pitt y le preguntó qué le pasaba. «Pitt la acusó de ser demasiado permisiva con los niños y la atacó verbalmente». Luego, dice el recuento judicial, «la arrastró al baño y comenzó a gritarle». La agarró por los hombros y la empujó contra la pared del baño. «En un momento, le derramó cerveza a Jolie; en otro, derramó cerveza y vino tinto sobre los niños», se afirma en la contrademanda por el castillo francés. Jolie trató de intervenir y Pitt se arrojó contra uno de los asientos del avión para quitarse a Jolie de encima, esto provocó que ella se lesionara la espalda y el codo. La demanda incluye una foto de un hematoma en la zona del cuerpo de Jolie y una «lesión tipo quemadura de alfombra» en su mano.

«Los niños entraron corriendo y todos valientemente trataron de protegerse unos a otros. Antes de que terminara, Pitt estranguló a uno de los niños y golpeó a otro en la cara», según la declaración. «Algunos de los niños le suplicaron a Pitt que se detuviera. Todos estaban asustados. Muchos estaban llorando».

La actriz solicitó el divorcio de Brad cuatro días después del supuesto incidente –que entonces no detalló ni ante los investigadores del FBI ni ante el juez– y mantuvo la custodia total de sus hijos en un acuerdo temporal, mientras que a Pitt se le concedieron «visitas terapéuticas». Pero tras una larga batalla judicial, el actor obtuvo la custodia compartida de los niños. Durante todo ese proceso de custodia, Jolie tampoco reveló los detalles de la agresión. ¿Por qué lo hace ahora?

El dinero que Jolie le reclama a Pitt son 250 millones de dólares, lo que para sus astronómicas fortunas, es una cifra irrelevante. La razón no parece económica. Todo indica que sería 'sentimental'. Es el empeño del actor en quedarse con el chateau y gestionar sus viñedos en la Provenza lo que ha desatado la 'fuerza' contraria. La actriz está decidida a ponérselo lo más difícil posible.

La prensa rosa americana especula también con una nueva relación del actor que podría haber alternado los ánimos. Según el portal 'Page Six', la nueva pareja de Pitt sería la modelo Emily Ratajkowski, con quien habría tenido varias citas 'secretas'. Ratajkowski está inmersa ella misma en un turbulento divorcio del productor de cine Sebastian Bear-McClard. Pero lo cierto es que desde el divorcio de Jolie, Pitt no ha tenido ninguna relación estable, aunque haya tenido citas con varias modelos.

Así las cosas, casi seis años después de iniciar la tramitación de su divorcio, la ruptura entre Brad Pitt y Angelina Jolie lleva camino de convertirse en la más cara de la historia de Hollywood en cuanto a costes legales. De momento, ya superan los dos millones de dólares, pero las especulaciones de los columnistas de Hollywood señalan que el proceso podría extenderse otros seis años más... A este paso, la guerra de los Rose parecerá un juego de niños comparada con la de los Pitt.

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