El éxito de los más pequeños en el tablero
El éxito de los más pequeños en el tablero
Viernes, 31 de Mayo 2024, 13:10h
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Ocho años, seis meses y once días. Es la edad que tenía Ashwath Kaushik, el nuevo fenómeno del ajedrez, cuando en febrero derrotó al gran maestro polaco Jacek Stopa, de 37 años, batiendo un récord mundial de precocidad. El anterior lo ostentaba el serbio Leonid Ivanovic, que tampoco había cumplido 9 años cuando venció a otro gran maestro en enero. El joven Kaushik tiene pasaporte de Singapur, donde reside, aunque su familia es de origen indio.
«Es surrealista, no existe ninguna tradición en nuestra familia. Ni mi esposa ni yo sabemos jugar. Nuestro hijo aprendió viendo tutoriales en Internet», confiesa su padre. Los niños prodigio del ajedrez siempre han fascinado, pero nunca ha habido tantos como ahora ni tan jóvenes. En 2021, el estadounidense Abhimanyu Mishra (12 años) se convirtió en el gran maestro más joven de la historia. La británica Bodhana Sivanandan (8 años) ganó el último campeonato de Europa en la modalidad relámpago.
El argentino Faustino Oro (9 años) puede presumir de haberle ganado en marzo al mejor jugador del mundo, el noruego Magnus Carlsen. La edad media de los nuevos grandes maestros ha caído desde los 30 años en la década de 1970 a los 21 en la actualidad. Y los expertos creen que hay margen para que siga disminuyendo incluso hasta los 10. El ajedrez es, cada vez más, un juego de niños.
¿Cuáles son las claves de esta explosión de talentos infantiles? La primera es la pandemia. Todos empezaron a jugar con 4 años, durante el confinamiento y de manera on-line. Exploran y absorben como esponjas. Los programas de ajedrez, como Stockfish, son sus maestros. A través de la interacción con estas inteligencias artificiales, los niños no solo evalúan sus jugadas, sino que también se adaptan a oponentes de cualquier nivel.
Al menos, este es el análisis de Péter Lékó, que llegó a gran maestro a los 14 años, en 1992. «Aprender a jugar al ajedrez es como aprender un idioma: cuanto antes empieces, mejor. Se trata de crear las conexiones cerebrales», explica. Internet ha democratizado el acceso al conocimiento, permitiendo que cualquier talento emergente pueda desarrollarse en cualquier lugar del mundo.
«Además –sostiene Lékó–, al jugar en línea tienen la oportunidad de enfrentarse a los mejores». ¿Aguantarán tanta exigencia? Algunos de los que quieren llegar lejos renuncian a su vida social, se pierden la infancia, incluso dejan de ir al colegio, como pasó con las hermanas Polgar... «Es fundamental que sus familias los protejan», aclara Lékó.