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El estereotipo sobre la inteligencia ¿Son los neurocirujanos y los ingenieros espaciales más listos que el resto?

El estereotipo dicta que hay que ser especialmente inteligente para convertirse en neurocirujano o ingeniero aeroespacial. Un reciente estudio demuestra que no es así.

Por Daniel Méndez

Viernes, 01 de Diciembre 2023

Tiempo de lectura: 3 min

Quién no ha dicho alguna vez «no hay que ser neurocirujano para hacer eso»? ¿O «ni que fuera ingeniero aeroespacial»?  Expresiones usadas como ejemplo de singular inteligencia y que tienen, además, un deslumbrante reflejo salarial. En Estados Unidos, por ejemplo, la de neurocirujano es la profesión mejor pagada, con un sueldo medio no inferior a 500.000 dólares anuales. Mientras que los ingresos de un ingeniero aeroespacial en España son un 66 por ciento superiores a la media nacional. Ahora bien, ¿son estos profesionales más listos que la media?

Para comprobarlo, un grupo de investigadores londinenses realizó pruebas de inteligencia a un grupo internacional de 600 ingenieros espaciales y 148 neurocirujanos el pasado verano.

Se trataba de medir aspectos como la resolución de problemas, memoria, manipulación mental de objetos… No es un test de inteligencia al uso, sino de un modelo conocido como Cognitron y que cuenta con una gran ventaja: ha sido completado por más de 250.000 personas. Esto permite a los investigadores comparar los resultados de su estudio con la población general.

Los neurocirujanos solo sobresalen resolviendo problemas semánticos y son más rápidos en las respuestas

¿Conclusiones? Tras confrontar los resultados recogidos por ellos con los obtenidos por 18.000 participantes de perfil similar –pero dedicados a otras profesiones–, se comprobó que no hay grandes diferencias en las habilidades cognitivas de ambos grupos. Salvo en dos aspectos concretos.

Los ingenieros aeroespaciales obtenían mejores puntuaciones en las pruebas de manipulación mental, que consistían en pensar en un objeto y describirlo desde distintos ángulos. Por su parte, los neurocirujanos –hay uno en España por cada 90.000 habitantes, el puesto número 15 entre los países de la Unión Europea– destacaban al resolver problemas semánticos, por ejemplo, definiendo palabras poco habituales. Estos últimos, además, se mostraron más rápidos en la resolución de problemas. «Podría deberse a que la neurocirugía necesita que se tomen decisiones rápidamente», escriben los investigadores.

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Demanda y escasez. En España faltan ingenieros, desde informáticos a aeroespaciales. Se consideran carreras difíciles. Y es cierto que la aeroespacial exige una de las notas de corte más altas. Pero el estudio británico cree que no hay que desanimarse, sino aprovechar bien las habilidades propias. El sueldo de un ingeniero aeroespacial es un 66 por ciento superior a la media del salario en nuestro país.

Pero lo que más les interesa es romper con el estereotipo de que hace falta ser especialmente inteligente para dedicarse a ciertas ramas. «Creemos que el estudio muestra que todo el mundo tiene ciertas habilidades, a algunos se les dan mejor unas cosas».

Pero, insisten, no es una cuestión de inteligencia 'en general', por eso «no debemos dejarnos intimidar por ciertas profesiones: si algo te apasiona, inténtalo», concluye Aswin Chari, neurocirujano y coautor del estudio.

El 90 por ciento de los encuestados destaca en al menos un aspecto: o habilidad espacial o inteligencia verbal. Cualquier persona siempre es buena en algo

De hecho, según recoge su trabajo, un 90 por ciento puntúa mejor que la media en al menos un aspecto de sus capacidades cognitivas, ya sean sus habilidades espaciales o en inteligencia verbal. Uno siempre es bueno en algo. Por eso, dice, hay que dejar de alimentar estereotipos.

Para Donald Trump era una obsesión: repetía que su cociente intelectual era más alto que el de Obama. ¿Son los políticos inteligentes? No hay estudios concluyentes, pero el más sólido se realizó en Suecia en 2017, a partir del test de inteligencia que los suecos, hasta 1980, debían hacer al iniciar el servicio militar. Con esos datos, el economista Ernesto Dal Bó estableció que los políticos suecos tenían un cociente intelectual superior al del resto de ciudadanos. El estudio, sobre 50 mil cargos electos, demostró a su vez que cuanto más alto el cargo, más alto el cociente: los parlamentarios, mayor que los concejales. E igual o mayor que los CEO de empresas con más de 250 empleados. Dal Bó aclara que «hay que ser cuidadosos con las comparaciones entre países, pero el estudio prueba que en democracia se pueden elegir políticos competentes».

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