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Besos de larga distancia Nuevo invento chino contra la soledad El beso virtual más real (aunque sin lengua, todavía...)

Una empresa china inventa unos labios robóticos para dar besos a distancia. Se mueven, emiten sonidos y cambian de temperatura. Imitan tus besos y se los trasladan a quien quieras. Adiós a tirar besos de lejos...

Por Fátima Uribarri

Miércoles, 05 de Abril 2023

Tiempo de lectura: 3 min

Los labios son de silicona y no sólo se mueven con la dinámica propia de los besos, sino que, además, sus sensores hacen que vayan cambiando de temperatura según uno los besa. Se trata de unos labios robóticos que pretenden emular los besos reales. Su creador, el inventor chino Zhao Jianbo, afirma que, al igual que el teléfono o los chats y mensajes, su dispositivo «ayuda a la comunicación». Lo ha llamado Long Lost Touch ('contacto perdido') porque su idea es que quienes quieran seguir besándose pese a estar alejados puedan seguir haciéndolo. Al margen de su nombre original, otro, muy gráfico, se vitalizado en las redes: Muá.

Los nuevos labios robóticos cuestan 35 euros y la empresa que los hace ha recibido ya veinte mil pedidos

Todo empezó con la pandemia. Durante el largo confinamiento provocado por la irrupción del Covid, Zhao Jianbo, entonces estudiante en la Academia de Cine de Pekín, tenía novia. Y no llevaba bien el alejamiento de ella: las videollamadas no le proporcionaban el acercamiento que él quería y decidió centrar entonces su proyecto de posgrado en la falta de intimidad física en las videollamadas.

Fue así como se le ocurrió inventar un dispositivo que permitiera dar besos a pesar de la distancia. Decidió crear la empresa Siweifushe y que ese fuera su primer producto.

Modo de empleo

Para utilizar el invento de Zhao Jianbo lo primero que hay que hacer es descargarse una aplicación en el móvil y vincularla con el besador robótico.

Cuando ya está lista la conexión, llega el momento de besar los labios de silicona. Llevan sensores de movimiento incrustados y transmiten señales como la presión y la cadencia del beso. Esa información la transmiten al móvil de a quien quieres besar, que recibe entonces un beso personalizado. Según su inventor, la nueva máquina besadora también graba sonidos y los reproduce.

Y para añadir más veracidad, el dispositivo incluye un soporte en el que puedes colocar tu propio teléfono de modo que, a través de la pantalla, puedas mirar a los ojos al otro mientras te besas.

Competencia besadora

Este detalle de poder mirarte de móvil a móvil mientras te besas es una innovación del Long Lost Touch, que no es, sin embargo, el primer besador a distancia. Antes ya fueron lanzados otros al mercado. En 2011, por ejemplo, investigadores de la Universidad de Electrocomunicaciones de Tokio inventaron una 'máquina de transferencia de besos'. Y en 2016, el Instituto Imagineering de Malasia presentó la 'Kissinger', una sencilla almohadilla para besar hecha de silicona.

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El nuevo besador robótico ha provocado todo tipo de reacciones, entre otras cosas, porque puedes acceder a los datos de besos enviados por otros... Pero, al margen de los 'líos' que esto pueda o no generar en algunas parejas, la empresa fabricante del Muá, la china Siweifushe, está encantada.

Jianbo asegura que ya ha vendido más de tres mil labios besadores y que han recibido otros veinte mil pedidos. No es para nada un mal negocio porque cada dispositivo cuesta 35 euros. Dicen también sus creadores que estos labios robóticos ayudan a paliar la soledad, que habrían sido muy útiles durante los confinamientos de la pandemia de covid y que también son una herramienta eficaz para procurar el acercamiento de parejas, amigos o familias que no pasan por un buen momento.

Entre sus hándicaps, la mayoría de usuarios señala que, a pesar de que los labios se calientan cuando los besos son prolongados, el Long Lost Touch sólo proporciona (por ahora) ósculos sin lengua y poco apasionados. Los usuarios confían, no obstante, en que en las siguientes versiones los labios serán amantes más experimentados y pasionales.