
Mientras, el museo del mar asturiano, referente mundial, sigue cerrado al público por los destrozos de los temporales de hace cuatro meses
16 jun 2014 . Actualizado a las 18:10 h.Se acaban de cumplir cuatro meses desde el cierre forzoso del Museo del Calamar Gigante de Luarca, una de las instalaciones museísticas más atractivas y frecuentadas por los turistas en el Occidente asturiano.
La ciclogénesis de principios de febrero destrozó dos de las plantas del edificio, ubicado en el puerto de Luarca, llevándose cuatro de los mejores calamares de la colección de cefalópodos, valorada en total en cerca de dos millones de euros. La reconstrucción del museo es decisión del Principado de Asturias, ejecutivo que a día de hoy, no se ha referido públicamente a este asunto. Las únicas explicaciones aluden a la falta de presupuesto para acometer reformas más allá de los daños causados en puertos y playas.
El director del Cepesma, y dueño de la colección de calamares gigantes, es muy pesimista sobre el futuro del museo. «Creo que es un punto y final», asegura Laria.
Lo cierto es que en estos momentos la única forma que tiene el público de contemplar alguno de estos ejemplares es visitando museos extranjeros. Uno de ellos, el de Historia Natural de Washington, alberga dos de esos calamares. Llegaron hace seis años a la capital de los Estados Unidos a bordo de un avión militar americano.
Durante todo este tiempo se han convertido en los grandes protagonistas del que es considerado el mejor museo de historia natural del mundo. Recibe cada año más de 12 millones de visitas, cifra que ha ido en aumento desde la llegada de los calamares.
«Cuando se instalaron los cefalópodos se produjo un aumento de más de un millón de visitas. Lo que ocurre con este museo es algo impensable aquí en España, sobre todo teniendo en cuenta que su entrada es gratuita. Es otra forma de ver la ciencia», explica Luis Laria.
Son miles las personas, sobre todo niños, que todos los días se maravillan con esos dos ejemplares, una hembra de once metros y un macho de seis. Cepesma y ese museo firmaron en su momento un convenio de colaboración que ha sido renovado varias veces y que aporta un dinero muy importante al Cepesma.