Los vecinos de Celeiro y el Resu

Miguel Sande, Delegado de La Voz en A Mariña

A MARIÑA

TONI VILLEN

10 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El Resurrection Fest tomó ya una dimensión enorme, nadie lo duda; especialmente en las últimas ediciones. Es todo un fenómeno social. Mejor Festival de España de Gran Formato y entre los mejores de Europa en música extrema. Una cita anual muy importante para Viveiro, que deja grandes beneficios, en general, para sectores como la hostelería y la alimentación. Hay que reconocer que ha situado además a Viveiro como un referente musical del hardcore, metal y punk en medio mundo. Un mérito enorme, un éxito insospechado hace 12 años.

Todo esto lo sabemos y lo hemos repetido en infinidad de ocasiones. Un sueño o una locura, como queramos llamarle, de unos chavales de 18 años con el apoyo de un alcalde un tanto especial con el perfil de Melchor Roel, alcanzó hoy en día tamaña proporción; que Motörhead, Iron Maiden, Rammsteim y tantas bandas, hasta 400, las mejores underground, hayan ofrecido conciertos memorables en el recinto de Lavandeiras lo dice todo. Todo esto lo apoyamos y lo divulgamos y promocionamos con enorme interés y ganas, sin duda.

Pero a pesar de todo, del reconocimiento y del éxito, también defendemos los derechos de los vecinos de Celeiro. No deben perderlos. Ni ellos ni nadie en Viveiro. Y seguro que la celebración del festival y los derechos de los vecinos son compatibles. Deben de serlo. Sabemos que cuando se triplica o se cuadruplica la población en solo cuatro o cinco días conlleva incomodidades y obliga a medidas extraordinarias de orden para evitar el caos. Porque los beneficios, en general, son mayores. Pero no debería de haber perjudicados. Se debe de tener alguna deferencia (atención especial) con los vecinos de Celeiro; con todos y cada uno de ellos, pues al margen del festival tienen que seguir con su vida diaria y su trabajo. Y ya que el festival se sitúa en Lavandeiras, debieran de ser los primeros en recibir más atenciones y no solo limitaciones. Porque el festival va a seguir creciendo o manteniéndose en este nivel y nos alegramos y continuaremos apoyándolo, pero no nos olvidemos de los vecinos de Celeiro. También ellos merecen, tal vez más que nadie, disfrutarlo y no padecerlo. Y seguro que es lo que desea el propio festival.