Muerte violenta, dictamen de la autopsia a la mujer hallada en el embalse de Arbón

daniel gayoso NAVIA / LA VOZ

A MARIÑA

DANIEL GAYOSO

El cadáver presenta múltiples fracturas en el cráneo y lesiones en el cuello; la investigación sigue abierta y se ha decretado secreto de sumario

08 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El cadáver de la gijonesa Paz Fernández Borrego, hallado el martes en el embalse de Arbón, entre Navia y Villayón, presentaba indicios de haber sufrido una muerte violenta. La autopsia practicada ayer por la mañana en el Instituto de Medicina Legal de Oviedo, lo confirmó. Aunque al parecer el trabajo de los forenses no fue sencillo, dado el estado en que se encontraba el cadáver tras pasar muchos días bajo el agua, sí apreciaron múltiples fracturas en el cráneo y lesiones en el cuello, producidas por un objeto sin punta. Todo apunta a un asesinato y ayer mismo se especulaba ya con que la Guardia Civil podría estar sobre la pista de un sospechoso. El embalse se Arbón, en el área zona donde apareció flotando el cadáver, ha sido acotado por la Guardia Civil, para tratar de recabar pistas y ayer los buzos del Grupo de Actividades Subacuáticas (GEAS) realizaron varias inmersiones peinando la zona. En todo caso, el juzgado de Luarca, que instruye el casco, ha decretado el secreto de sumario.

La aparición del cuerpo de Paz Fernández tuvo lugar en un enclave que ya fue rastreado durante el lunes con el helicóptero de la Guardia Civil. La variante de Arbón, así se le conoce al lugar donde los buzos rescataron el cadáver, es una zona de confluencia de dos arroyos con las aguas del río Navia a escasos metros del embalse de Arbón, ya en territorio del concejo de Villayón. Es la última presa que este río tiene antes de su desembocadura. La voz de alerta la dio pasadas las tres y media de la tarde de martes un joven luarqués que se encontraba practicando piragüismo en ese tramo del río, que dice frecuentar. Desveló que había encontrado el cadáver en una esquina del río, perfectamente visible y boca abajo.

A los pocos minutos llegaron al lugar varias patrullas de la Guardia Civil, que acordonaron la zona para evitar el acceso de curiosos. Al estar el cuerpo en el agua, y en una zona de difícil acceso, se pidió la intervención de los buzos para recuperarlo, algo que ocurrió minutos después de las siete y media de la tarde. Los trabajos apenas duraron media hora y estuvieron constantemente supervisados por la jueza del juzgado de Luarca.

Ayer miércoles la Guardia Civil mantuvo acordonada la zona para seguir investigando. Varios buzos regresaron al lugar del río donde apareció el cuerpo para intentar recabar pistas que esclarezcan un caso del que se han hecho eco medios de comunicación de todo el país, de mayor actualidad si cabe por la dramática coincidencia de la desaparición de tres mujeres en Asturias.

Madre de dos hijos

La pista de Paz Fernández, gijonesa de 43 años y madre de dos hijos, se perdió el pasado 13 de febrero. Ese día alquiló una habitación en un céntrico hostal de la calles San Francisco de Navia, donde aparecieron sus pertenencias. Su vehículo fue localizado por la Guardia Civil en un aparcamiento cercano al Hospital de Jarrio y su perro suelto por las calles la villa naviega y con la correa puesta. La Guardia Civil comenzó su búsqueda pero no fue hasta diez días después, el 23 de febrero, cuando la desaparición se hizo pública a través de redes sociales y medios de comunicación.

Desde ese momento se intensifican los rastreos por la zona de Busmargalí, un pueblo a ocho kilómetros de Navia y donde se registró la última señal de su teléfono móvil.

El domingo su hijo mayor, una de sus hermanas, varios familiares y amigos realizaron la última batida por esa zona con ayuda de agentes de la Guardia Civil. Accedieron a varios ríos cercanos y escudriñaron todos los senderos de la zona, pero sin éxito.

El ministro del Interior asegura que la desaparición de tres mujeres en Asturias no está relacionada

Una vez determinada la muerte violenta de Paz Fernández, las pesquisas de la Guardia Civil se centran ahora en aclarar cómo pudo llegar el cuerpo al embalse de Arbón, donde fue hallado el pasado martes. La zona se encuentra a 16 kilómetros de distancia de donde se registró la última señal de su teléfono móvil; a catorce de donde tenía aparcado su coche, y a doce de donde se encuentra la pensión en la que se había alojado.

Además de ser una dramática noticia, la aparición del cadáver ha tenido un impacto muy negativo en las familias de las otras dos mujeres desaparecidas en Asturias. Lorena Torre, de 40 años, desapareció el 1 de marzo por la noche en Gijón y su coche apareció aparcado en las proximidades de la playa de El Rinconín y, según la Policía Nacional, vestía un plumífero verde, pantalón vaquero y botas. El día 2 de marzo se produjo en Avilés la desaparición de Concepción Barbeira Mariño, de 1,60 metros de altura y complexión delgada, tras salir de su casa en San Adriano (Castrillón) para dirigirse a su trabajo en la cocina del hospital San Agustín de Avilés, al que no llegó a incorporarse. Su vehículo fue localizado con las puertas abiertas y el bolso en su interior en la localidad de Santa María del Mar, en Castrillón.

En todo caso, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, negó que los tres casos tuviesen relación alguna. La Guardia Civil también desmintió los rumores difundidos por redes sociales que apuntaban a la existencia de varios secuestradores por la costa asturiana.