Alba Rodríguez, directora del Festival Bal y Gay: «La música nos ha permitido repartir ilusión y energía por toda A Mariña»

andrés vázquez / m.c. VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

Rodríguez pretende con el festival asentar todavía más a A Mariña «en el mapa cultural»
Rodríguez pretende con el festival asentar todavía más a A Mariña «en el mapa cultural» ALBERTE PEITEAVEL

Finalizó la séptima edición del Bal y Gay en la que «cada esfuerzo tuvo recompensa»

26 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Con el cierre de la séptima edición, el Festival Bal y Gay de música clásica se ha superado de nuevo. Tras un año en el que tenían todo en su contra, no solo han salido del paso, sino que han cosechado un resultado «muy positivo, aunque complicado de conseguir, en el que cada esfuerzo ha tenido su recompensa». Es la manera que tiene Alba Rodríguez, la directora del evento, de expresar sus sensaciones una vez puesto el punto y final.

Ha sido una edición de completa reinvención, de «adaptación constante a las circunstancias». Aún así, y pese a todo, les deja grandes enseñanzas, notas que tomaron pensando ya en el próximo Bal y Gay. Siguen en su firme objetivo de «llevar a toda la comarca la música clásica, que este año nos ha permitido repartir ilusión y energía por toda A Mariña», a la vez que pretenden que su certamen sirva para seguir ayudando a «asentar todavía más a nuestra zona en el mapa de la cultura». En esa lucha por conseguir que la música clásica vibre en todos los tímpanos y en un intento de adaptación a los tiempos enmascarados que vivimos, el festival que dirige Alba Rodríguez ha optado por retransmitir en directo los conciertos a través de la plataforma YouTube y de su página web. Esa experiencia ha sido positiva para los organizadores, pues «pensamos mantener este sistema en futuras ediciones».

La cultura es segura

No hay duda, eso si, de que su deseo es poder llenar los auditorios físicamente y no mediante la conexión wifi. Para ello, además de tener el firme deseo de que salgamos de la situación generada por el covid-19, han hecho lo posible por abrir sus salas aunque fuese entre medidas de seguridad sanitaria muy estrictas. «Con estas medidas teníamos claro que no pasaría nada, nuestro festival es totalmente seguro», afirma Rodríguez, que no ve inconveniente en disfrutar de la música y de los espectáculos culturales siempre que la salud esté plenamente garantizada.

Por supuesto, para ella la cultura es «algo clave en nuestra sociedad», por lo que debe estar a la disposición de todos. Esa visión amplia de los espectáculos musicales es lo que invita a Alba Rodríguez a pensar que el Bal y Gay debe seguir creciendo en ediciones posteriores, siempre de la mano de su entregado público y de los artistas que prestan sus manos e instrumentos para deleitar los oídos de quien quiera escuchar. Con todos los asistentes en sus puestos, el festival ha transcurrido de la mejor de las maneras y la atención del público ha podido centrarse en lo que realmente importa, que no es otra cosa que la música que llegó de la mano de los más importantes artistas del continente europeo.

Emotividad constante

Es imposible que Alba elija un concierto para destacarlo. «Son todos tan diferentes, en escenarios tan privilegiados», reflexiona. Solo puede admirar «la combinación de patrimonio y música que hemos tratado de hacer, con tantos entornos y estilos diferentes». La emotividad estuvo presente en todo momento, pero se mostró claramente «en el concierto dedicado a los marineros, en Cervo, y sobre todo en el que cerró el festival en Ribadeo, con la

Tercera Sinfonía

de Beethoven, la ‘Heroica’, sonando en homenaje a nuestros sanitarios».