A sus once años, Breixo se sube a la bici y recorre 213 kilómetros hasta Santiago
A MARIÑA

Se suma así a la tradición familiar, que iniciaran su padre y su hermano Xián hace 12 años
03 sep 2023 . Actualizado a las 14:04 h.Breixo solo tiene once años, pero ya puede decir que ha realizado el Camino de Santiago dos veces consecutivas. La primera, el año pasado, en compañía de amigos. Pero esta ocasión guardará siempre un lugar especial en el corazón de este joven ribadense, que se ha unido a la tradición familiar que iniciaran su padre, Iván, y su hermano Xián.
«A min non me gustaba nada a bici. Pero empecei a interesarme grazas a meu irmán, ao velo competir. E agora é o meu deporte favorito», reconoce Breixo, que ha tomado el relevo de su hermano mayor y ahora es él quien compite todos los fines de semana.
Su hazaña no es pequeña, ya que lleva encima más de 200 kilómetros, que recorrió, junto a su familia, en tan solo tres días. «Saímos o sábado pasado de Ribadeo, e chegamos a Santiago este luns», explica. «Fixemos tres etapas, pero sun dúbida a máis difícil foi a segunda, de 83 km», confiesa. Y no fue solo por la dificultad inherente al desnivel de 1.300 metros que cubría el tramo entre Martiñán y Melide, sino también por las condiciones meteorológicas. «Choveunos bastante e a veces era difícil aguantar tanto tempo sobre a bici, co frío non respondían ben os brazos», admite Breixo, que se emociona al recordar su entrada «triunfal» en la capital.

Peregrinación muy especial
«O máis emocionante desta experiencia foi alcanzar a meta final e chegar a Santiago», confiesa este joven ciclista, que cambió la equipación de su club por el mallot amarillo, como hacen en el Tour de Francia con el que va líder. «Propúxenme que se chegaba ata o final, ía entrar no Monte do Gozo e chegar ó Obradoiro de amarelo, coma os campións», asegura. Dicho y hecho, el joven Breixo cumplió su promesa, después de unas cinco horas diarias sobre la bici, en la que ha sido una experiencia que él mismo define como muy gratificante. «Aínda que se sufran as etapas, merece a pena», confirma rotundo. «O mellor de todo é pasar tempo con meu pai e meu irmán», admite, agradecido a su progenitor de haberle inculcado desde pequeño la pasión por este deporte. «Sempre está aí con palabras de ánimo e motivación», confirma.
Interés progresivo por la bici
Si bien la afición por el ciclismo le viene de familia, Breixo no siempre estuvo interesado en este deporte. «Dende pequeno lle intentei imbuir a paixón pola bici, pero a diferenza do seu irmán, a Breixo non lle gustaba especialmente nin mostraba moito interese», reconoce su padre. «Non obstante, hai un par de anos empezou a ir ás competicións de Xián, e quixo iniciarse neste mundo», explica Iván. «Non o dudei un instante e corrín anotalo», bromea. Pero lo cierto es que poco a poco le fue gustando más y ahora es el más fanático del clan familiar. «Segue ata o ciclismo profesional», indica su padre, con un tono de orgullo inconfundible. «O mellor é poder compartir esta experiencia cos meus fillos. Vivimos moito o ciclismo», profundiza. «Breixo é moi disciplinado cos entrenos, e ten competicións practicamente todas as fins de semana entre marzo e setembro, polo que os venres nos subimos á autocaravana e imos todos en familia apoialo», afirma. «A única que queda é Alba, a miña muller. Pero abondo fai con vir con nós e aguantarnos», concede Iván, consciente del esfuerzo que supone apoyar una afición que requiere tantos sacrificios.

Si algo lamenta Iván de su particular peregrinación a Santiago, en la que ya es todo un experto, es que «desta vez as tres xeracións non nos puidemos unir», alegando que sus primeros contactos con el camino fueron de la mano de su suegro. Pero Breixo está dispuesto a seguir con la tradición familiar hasta el final.