Hosteleros de A Mariña se frotan las manos y prevén un verano histórico

La Voz RIBADEO / LA VOZ

A MARIÑA

PEPA LOSADA

«Lo normal será llenar a diario y que haya colas», opinan en Ribadeo, Foz y Viveiro

13 jun 2024 . Actualizado a las 09:51 h.

Se asoma un nuevo verano en el calendario y las expectativas de los hosteleros en los concellos con más tirón turístico en A Mariña, como Ribadeo, Foz o Viveiro, son inmejorables. La costa lucense es un destino emergente, que en los últimos años viene pulverizando los registros precedentes de visitantes y al que todos los expertos posicionan como una zona que seguirá creciendo por sus prestaciones, la relación calidad-precio y singularmente por la clima, sin el calor sofocante del que cada vez más gente huye del centro y sur de España. «Ribadeo en verano está a tope, no cabe un alfiler. Hay tanta gente que por muy mal que vengan las cosas siempre va a ser excepcional. El único problema lo van a tener los hosteleros que no encuentran personal, pero bueno , tendrán que ofrecer mejores condiciones», apunta José Blanco, de La Solana, prestigioso restaurante en el puerto ribadense.

«El mes de mayo nos fue muy bien. Fue el mejor desde que tengo abierto y este mes cumplimos 20 años. Igual influye el cierre de Casa Pepe, porque quedamos muy pocos negocios en Ribadeo que ofrezcamos cada día una oferta de seis o siete pescados frescos variados. En verano lo normal es que llenemos siempre y que quede gente sin atender. Y la expectativa es que este verano va a ser igual. Lo único que me genera cierta incertidumbre es que no todos los sectores van igual de bien ni trabajan como la hostelería en verano. Y si la economía local en general afloja, eso al final siempre nos afecta», apunta José Blanco.

Y añade: «En verano lo normal es que esté todo reservado dos o tres días antes y decir que no a una docena de mesas. Eso en agosto. Y en julio también llenamos todos los días. Ahora este mes ya lo hacemos todos los fines de semana y entre semana la ocupación es muy alta».

El verano es clave para la hostelería, cada vez más, algo que no oculta José Blanco: «En invierno es normal que haya pérdidas, porque mantenemos una plantilla alta para contar con ella en verano. Es la estacionalidad que tenemos en este sector: en verano trabajas muchísimo y menos en invierno, pero manteniendo la misma estructura comercial».

En Foz, la Pulpería Rente ao Mar, camino de celebrar su octavo aniversario, es otro referente: «As expectativas son moi boas. O verán, polo menos en Foz, cada ano vai a máis. Enchemos sempre e imaxínome que haberá colas, porque cada vez máis xente tira cara o norte, polo clima, o bo comer, a paisaxe... Xa dende antes da pandemia se viña vendo e agora, cada ano, pasa máis. O que ocorre é que medra o turismo e os servizos vense superados. As infraestruturas que hai non están dimensionadas para recibir a tanta xente, a nivel de depuradoras, limpeza, atención cidadá... Non estamos capacitados para dar servizo a tanta afluencia de xente como está habendo», apunta Ramón Fraga, «Caxé».

Rente ao Mar en temporada baja solo abre fines de semana, festivos y puentes. Y en la alta lo hace del 1 de junio al 30 de septiembre, salvo los lunes, por descanso del personal: «Prefiro facelo así. Agora comezo a temporada 15 días antes e a remato 15 días despois, e pecho un día á semana por descanso. A estacionalidade deste sector é total. No inverno segues aberto para manter o persoal, pero economicamente non compensa, aínda que no meu caso non me queixo, porque temos un nome feito e contamos todo o ano con moita clientela do pobo, xente que ten aquí a súa segunda vivenda e cada vez veñen por Foz máis autocaravanas».

En Viveiro, José Manuel Pereira, del complejo Las Sirenas, también augura un verano excepcional: «A Mariña es un destino turístico en plena efervescencia, cada vez con más demanda y estancias más largas. Lo que prevemos es otro verano histórico, con una ocupación en la línea del año pasado, que ya fue muy superior a la del anterior. Igual no llegamos al 100 % absoluto diario, porque siempre puede haber un día flojo, pero estamos hablando de pasar de una ocupación del 99 % al 97 %».

«Hablo del 25 de junio al 10 de septiembre. El resto del año la cosa cambia, pero tienes que mantener una base de plantilla estable. Con todo, estamos notando que salvo los meses más malos, enero, febrero o noviembre, el resto cada vez hay más movimiento. Los fines de semana cada año se trabaja mejor y en cuanto hay un puente en las comunidades limítrofes, la ocupación hotelera se dispara. Incluso en los peores meses las reservas de huéspedes para los fines de semana están subiendo. Y ya en verano, el restaurante funciona muy bien, sobre todo en las cenas, con llenos diarios, porque la ocupación del hotel es muy alta», concluye.