A ver si son capaces de legislar ayudas para los damnificados

A MARIÑA

Manuel Bruque | EFE

04 nov 2024 . Actualizado a las 13:43 h.

Escándalos y corrupción. Es el estado que recogen los ciudadanos procedentes de los informativos. Este país, además de insultos que son aptitudes violentas desde las Instituciones a la sociedad, no parece que disponga capacidad legislativa alguna. Es de esperar que al menos y con motivo de la catástrofe por DANA-GOTA FRÍA, por una vez y sin que sirva de precedente, sean capaces de legislar ayudas para los damnificados. Si bien ya se adivina cierta tentación de buscar culpables sobre quien era responsable de los avisos y quien fue diligente o no para poner en marcha las medidas de algún protocolo que podría haber paliado al menos los cientos de muertes o desaparecidos.

Curioso. Cuando se estaba rumoreando que había ciertas tentaciones de eliminar la UME, una vez más nuestro ejército acude raudo y eficaz a salvar vidas en medio de una tragedia sin precedentes. Aun así habrá que investigar sobre al menos dos factores. Esas construcciones en los cauces de riada. Esa falta de limpieza en ríos y arroyos.

Las víctimas de las riadas a estas alturas lo que buscan son información sobre los desaparecidos y ayuda para sobrevivir. Les tiene sin cuidado si las competencias eran de Interior o de las Comunidades Autónomas afectadas por el agua. Lo que es verdad. Los muertos y desahuciados, taparán la dinámica judicial y los escándalos de las clases dirigentes.

Por otra parte, sobre el caso Íñigo Errejón, no es momento para adivinanzas. Si todos los sabían y ahora lo niegan. Tampoco si se trata de una purga o vendeta entre  comunistas. En mi caso llevo tiempo intentando saber dónde está la frontera entre el comportamiento público y el privado. O si obligatoriamente los dirigentes tienen que dar ejemplo hasta en sus vidas privadas al resto de la sociedad. O cual es el espacio de privacidad de las personas en función de los cargos profesionales que mucho o poco ostentan.

Y algo está pasando. Algunos que llevaban mucho tiempo acumulando información reservada, ahora están a punto de hacer su agosto con la publicación de libros que no se si dicen verdad o se refugian con la armadura novelesca para eludir acusaciones por injurias o atentados al honor. ¿Pero dónde está el límite entre vida pública, al alcance de redes sociales o panfletos revisteros y vida privada protegida por el Derecho Constitucional a la intimidad? Y en los estratos sociales, ¿todos tenemos los mismos límites o depende de que algún pazguato emita dicterio sobre el particular?

Otra cuestión es la ejemplaridad. Debe ser de arriba a abajo. Los que tienen alguna capacidad superior moralmente deberían tener por ellos mismos el concepto de como sus actos son observados, dejan imágenes y constituyen doctrina. No hace falta legislar sobre tal. Padres y maestros son los primeros que dan o deben ser consecuentes con ese principio de ejemplaridad.

Los que asumen representatividad y por tanto una parte del poder Institucional en democracia también deben ser ejemplares. Al menos en su conducta externa. Y ahí es donde la existencia de la corrupción tiene doble perversidad. Es una agresión punible y es un mal ejemplo que si se repite llega a convertirse en asumible por la sociedad. Hasta instalarse esa subcultura de...el problema no consiste en robar; el problema es que le pillen al ladrón de traje y corbata.

* Pablo Mosquera, ex parlamentario vasco. Médico.