Ocho parejas de Asturias festejan San Valentín en un hotel de Viveiro desde hace 8 años

Lucía Rey
lucía rey VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

Las siete parejas de amigos (la octava no pudo acudir en esta ocasión), reunidas este domingo en la recepción de Las Sirenas
Las siete parejas de amigos (la octava no pudo acudir en esta ocasión), reunidas este domingo en la recepción de Las Sirenas PEPA LOSADA

«Somos de Avilés, pero Las Sirenas es nuestra segunda casa», destaca Genaro Gómez Del Olmo, policía nacional jubilado

17 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

En un homenaje a la amistad y al amor, ocho parejas procedentes de la ciudad asturiana de Avilés llevan ocho años consecutivos festejando San Valentín, el patrón de los enamorados, en un hotel de Viveiro. Concretamente en el Hotel Thalasso Cantábrico Las Sirenas, que consideran casi como un hogar. «Somos de Avilés, pero Las Sirenas es nuestra segunda casa», destaca Genaro Gómez Del Olmo, uno de los artífices del encuentro. Él y su mujer, Cristina; Jaime y María José, Toño y Belén, Manolo y Guillermina, José Antonio y Violeta, Benito y Ana Belén, y Chema y Mercedes disfrutaron de un fin de semana de charlas, risas, descanso y buena gastronomía en el establecimiento. En esta ocasión, por motivos personales, no pudieron acompañarlos Francisco y Covadonga.

El sábado por la noche vivieron un momento álgido en la cena de San Valentín, cuya fiesta prolongaron hasta las tres de la madrugada. «Todo lo bueno que se pueda decir del hotel y del personal que trabaja en él es poco. La atención de los camareros es exquisita y aquí disfrutamos de la pareja y de los amigos», destaca Gómez, que el resto del año también se acerca a Viveiro al menos dos veces durante el verano. «Trabajé en la Comisaría de la Policía Nacional de Viveiro varios años e hicimos amistad con Guillermo Salgueiro [promotor del complejo hostelero]. Empezamos a venir y desde entonces no hemos parado», relata Genaro Gómez. La pandilla, con edades comprendidas entre los 65 y los 67 años, heredó la amistad que ya tenían sus padres. De vuelta, este domingo comieron en Foz.