Pati Coida hace equipo con Inma Coida: «Trabajamos con amor y cariño con las personas mayores»

Yolanda García Ramos
yolanda garcía VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

Xaime Ramallal

Pati Vilaboy se suma a la labor que ya inició hace casi cuatro años Inma García desde Viveiro, atendiendo actualmente en un total de seis domicilios entre ambas, explicando cómo es su trabajo y cómo se ve desde dentro el trabajo de un cuidador

15 mar 2025 . Actualizado a las 16:40 h.

La empresa viveirense de cuidados a domicilio Inma Coida, en marcha desde hace casi cuatro años, hace «doblete» con Pati Coida. Son técnicas en cuidados auxiliares de enfermería (Tcae) con planes personalizados por horas. Inma y Pati han congeniado tan bien en un sector laboral, delicado pero ultranecesario, que describen su día a día laboral con entusiasmo y entrega. El significado de dependiente se revela en su esencia en el interior de cada domicilio donde hay un mayor que no puede valerse por sí mismo. Son circunstancias domésticas que no se ven puertas afuera, por eso con más afán toca visibilizarlas ante la sociedad. Aprovechando el reciente 8M hay que poner en valor a los cuidadores, tanto familiares como profesionales, como ellas hacen. Pati Vilaboy Cabarcos (As Pontes de García Rodríguez, 1976) es la nueva incorporación al «equipo». Autónoma, auxiliar de enfermería, vino de A Coruña a Viveiro donde retomó su profesión, primero en un geriátrico: «Me gusta mucho trabajar con la gente mayor, con la que siempre tuve muchísimo feeling». Lo asocia a su abuela, de la que habla como nieta que la recuerda emocionada: «El camino en el que estoy ahora me remueve muchísimo pero en positivo, porque me lleva a mi abuela Estrella, con la que me crié. Desde que falleció, y sobre todo desde que retomé mi trabajo en Viveiro, la llevo siempre conmigo. Me hace trabajar con más amor. Con 8 ó 9 años la ayudaba a bañarse y dormía con ella. Este es un homenaje que le hago». Con esta vocación, Pati explica por qué se sumó al proyecto de Inma: «La parte humana, sobre todo. Inma fue realmente la propulsora de este proyecto, con lo que yo lo único que hice fue unirme a su carro. Para mí fue superfácil. Cuando me hizo el planteamiento de trabajo que tenía me sentí tan identificada. Hubo una conexión a nivel personal pero sobre todo estamos hablando de la parte laboral». Fue la oportunidad clave en el momento adecuado, por la afinidad entre ambas. «Así es trabajar con amor y con cariño», resume.

«Hubo una conexión a nivel personal pero sobre todo estamos hablando de la parte laboral»

Aunque reconoce que disfruta «muchísimo» de su trabajo, no hay que perder de vista la  cara b del oficio, con jornadas que no son de color rosa, pues hablamos de personas con problemas de salud importantes, y algunos de tipo mental. «Ahora _indica Pati_ estoy haciendo equipo con Inma y entre las dos hay muchísima comunicación, que es algo que en esto me parece fundamental. En el momento en que estoy de bajón, hablamos. Y viceversa. Nos equilibramos entre las dos y soy consciente del trabajo en el que estoy». «Me parece increíble. ¡Esto es hacer equipo!», valora. Continúa Inma García: «Nós estamos traballando de maneira autónoma: Eu son Inma Coida e ela é Pati Coida. O que facemos é que en realidade as dúas xuntas somos o equipo Coida,compartimos certos usuarios e cubrímonos se é necesario unha á outra pero cada unha é autónoma. Somos iguais traballando».

En el sector, al igual que en las casas, quienes cuidan son mayoritariamente ellas, las mujeres. Acaba de pasar la fecha del Día de la Mujer de 2025 y apenas ha habido cambios potentes. Certifican ambas que no hay ejemplos verídicos lo suficientes como para hablar de «equilibrio» en los cuidados domésticos entre hombres y mujeres o que en el plano labora la ocupación no sea tan eminentemente femenina. «En case tres anos que leva Inma Coida _corrobora Inma_ a día de hoxe non vin nin o 70% de involucración por parte de fillos varóns hacia un pai enfermo como a que teñen a nai, a filla ou a nora. Nalgún domicilio, si que o vin», aunque es excepcional, manifiesta Inma García, quien cree que un avance posible sería que la mujer que cuida considere más relevante cada vez la importancia del autocuidado.

Xaime Ramallal

Al respecto, apunta: «Non quero pensar que sexa imposible porque confío ao ver que tamén que os homes que se involucran máis, por exemplo, no coidado dos fillos, se involucren nos coidados en xeneral. Non quero ser negativa, quero pensar que se vai normalizar que eles tamén poden coidar».

«Xa escoitei varias veces unha frase, que é durísima, de varias coidadora: 'A miña vida acabouse'. Creo que define como se sinten algunhas coidadoras»

En otros casos se detecta como a la familiar femenina y cuidadora, en general, le cuesta pedir ayuda o llega a creer que es «lo que toca» por ser mujer. Desde el punto de vista psicológico es duro, subraya Inma García: «Xa escoitei varias veces unha frase, que é durísima, de varias coidadora: 'A miña vida acabouse'. Creo que define como se sinten algunhas coidadoras, que despois se sinten como perdidas cando falta a persoa á que coidan, é a sensación de 'síndrome do nido vacío'. Ou simplemente querer tomar un café e a cabeza estar noutro lado, pensando na casa. A veces hai unha dependencia por ambas partes, do coidado ao coidador e do coidador ao coidado». El desgaste existe pero prácticamente queda «oculto» dentro del domicilio. Es un constante dar y en más ocasiones de las que se cree sin recibir un «gracias» al final del día. Puede llegar a convertirse en un altruismo sin límites, en algunos entornos familiares.

«Hai moita carencia de coidadores e tamén de integrar os homes nos coidados»

Señala Inma García que, a mayores, «segue habendo carencia de profesionais». «Incluso para aplicar unha crema non podes meter a calqueira na casa», indica, refiriéndose a la importancia de revisar bien cómo es la persona que se contrata de ayuda a domicilio. Ella cree que es importante que exista una «vocación» verdadera en el cuidador profesional. «Na maioría dos moitos casos tes que saber que eres unha transición. Unha metade ten que ser a razón e outra metade a emoción e unha vez tocará aplicar unha e outra, outra. Hai que aprender a xestionar iso e podemos axudar ata que nolo permitan», señala. En definitiva, concluye que «hai moita carencia de profesionalidade e do papel masculino nos coidados». Entre Inma y Pati se encargan de seis domicilios en la actualidad: «Ocúpannos totalmente de luns a venres, porque tamén queremos ter calidade de vida. Traballar con Pati é marabilloso. Apareceu así, como unha luz. Compartimos un proxecto e unha forma de traballar», finaliza, añadiendo que su compañera dispone de horas para trabajar en domicilios y que «se alguén necesita que non dubide en poñerse en contacto con nós».