Me quejo de como la política lo infecta e invade todo. Cuando además no es capaz de saber y resolver las demandas reales de nuestra sociedad. Ayer una vez más fui testigo. Mientras a los políticos se les facilita la vida y se les hace simple las declaraciones de sus percepciones y derechos, a las entidades de la sociedad civil o a sus ciudadanos cada vez se les complica más la gestión ante la administraciones públicas. Si no me comprenden les pongo ejemplos. Intenten saber en la DGT cuantos puntos dispone su carné de conducir. Intenten obtener personalmente cualquier certificado de su vida socio laboral. Intenten modificar la declaración de sus viviendas como de protección oficial por no serlo. Intenten desde una asociación cultural disponer de todas las exigencias cambiantes y crecientes para poder ser interlocutor ante una convocatoria de subvenciones.
Y a pesar de las invasiones la sociedad civil resiste. Otro ejemplo. Más de treinta años de servicio a la causa y derecho de indagar, divulgar, guardar y estimular el espacio del patrimonio histórico, artístico, cultural, religioso, ecológico y costumbrista. Eso es el contenido del SEMINARIO DE ESTUDOS TERRA DE VIVEIRO. Su labor es impagable. Su presencia un orgullo para los gallegos mariñanos. Su actividad una presencia indispensable para quienes desean saber algo, proteger lo nuestro o trasladar a las generaciones futuras la verdad documentada.
La Xunta ha catalogado 125 bienes dándoles trato público de valor cultural. Lo siento, pero lo que puede ser bueno, no se ha hecho bien. Es la sociedad civil a través de sus entidades quien debería haberlo propuesto y así todos tomarían conciencia evitando auténticas felonías como calificar de extrarradio un templo del siglo XVII en mitad de mi pueblo, hecho vergonzoso que retransmitió la televisión pública para toda España y gracias a una dama que defendía su derecho a exonerar allí y a que no le grabaran. Lo segundo puede ser defender su intimidad. Lo primero una sucia grosería que debería ser sancionada.
Los fallos de no preguntar a la sociedad civil conlleva alejamiento de tal. Ya las implicaciones en los movimientos populares son cada vez menores. Los involucrados en estudiar y divulgar nuestra cultura marinera se nos mueren. Así en el caso de mi concello de Cervo, echo de menos la declaración de bien cultural de no solo los alrededores de San Andrés, ahora por fin protegido por el Concello; echo de menos tal declaración para la plaza del Lugar, para la calle de la Viela, para la plaza de la Caosa. El Coto, La Fontiña, El Pazo de Rúa, El conjunto del Castro Celta de Rúa cristianizado con la iglesia y el Campo Santo. Las fuentes de Cervo, Sargadelos y Fontao. Con estas medidas no habríamos perdido la casa del Chileno o salón de Clotilde que hoy es asiento de la Casa de la Cultura cuya estética es como mínimo discutible y no digamos su distribución interna. Las rectorales parroquiales.
Echo de menos aquellas asociaciones de vecinos con Alberto Pillado al frente, o aquellas cofradías de pescadores con Fermín Mosquera o Chelito al frente. Ahí se conservan libros de actas sobre los que a las asociaciones culturales nos gustaría indagar y publicar. Lo he intentado varias veces pero hay algunos que lo impiden.