Noelia Fraga coge el timón del Rompeolas, además de llevar también el Nordés y el Boasmigas en Burela: «O Rompeolas é a miña casa»

y. garcia BURELA \ LA VOZ

BURELA

Pepa Losada

Inaugurado por sus padres, reabrió la semana pasada y es un lujo para los sentidos por su ubicación: «Era un negocio que traballaba xa ben de antes»

23 feb 2024 . Actualizado a las 13:18 h.

Noelia Fraga ha cogido el timón del Rompeolas, el restaurante pegado al Cantábrico y con vistas a Faro Burela que abrieron sus padres el 11 de marzo de 1989. En su inauguración ella aún no había cumplido los cinco años, como recuerda. Pero sí que su memoria de la etapa infantil la lleva a aquella época en que sus progenitores, Luciano Fraga García de Güín en Moucide (O Valadouro) y Carmen Rivas Díaz de Lagoa (Alfoz) apostaron por una ubicación extraordinaria, aunque sí que, también es cierto, expuesta a temporales de mar. Con el tiempo, ese entorno de ribeira se transformó en una playa urbana, a la que da la terraza, con excelentes vistas lógicamente. Al jubilarse ellos, la hija reabrió ya desde la nueva gerencia que asume, junto a su pareja y socio, Juan Carlos Pardo Cao. Ella estudió Turismo y él Hostalería.

La reapertura fue el pasado jueves, por la tarde, tras una pequeña reforma. La nueva etapa ha comenzado de forma óptima, según dice: «Moi ben, porque este era un negocio que traballaba xa ben de antes e ten moita clientela fixa. Xa non digo de xente de Burela, senón tamén de fóra, de traballadores que veñen durmir e comer aquí e volveron outra vez. Xa lles tardaba vir, dicían». Mientras tanto, el Nordés les sirvió de «segunda casa», hotel y restaurante que también lleva Noelia Fraga y que en septiembre del año pasado cumplió 13 años, además del Boasmigas. Aunque Fraga lo tiene claro:« O Rompeolas é a miña casa».

«A nivel de decoración, é un bar bastante peculiar, que recorda aos establecementos de toda a vida ainda que intentamos modernizalo, pero pouco»

«Eliximos as datas de Nadal para facer o cambio e fixemos unha pequena reforma, sobre todo na cociña, o típico de pintar... Como un lavado de cara simplemente porque a idea é seguir co local como era. A nivel de decoración, é un bar bastante peculiar, que recorda aos establecementos de toda a vida aínda que intentamos modernizalo, pero pouco. Prácticamente o deixamos como estaba, só que máis cómodo», señala. «Á carta _añade_ non lle tocamos, porque tamén a idea do menú é a mesma: ofrecer comida caseira, cun menú con primeiros e segundos a escoller, racións que xa había antes metendo algunha nova máis, pero mantendo o típico raxo, pulpo, tortilla, chipiróns, peixe espada...» El hecho de tener muy cerca el puerto burelense es toda una ventaja que aprovecha el Rompeolas.

Pepa Losada

Noelia Fraga reconoce que la localización del Rompeolas, salvo cuando no había paseo marítimo y los temporales del mar hacían que este llegara «á porta de atrás», es todo un lujo para los sentidos; además del del gusto también el visual disfruta:« Cando eu vivía aquí, a miña habitación daba ao mar. Tíveno aí dende que nacín pero foi despois, cando fun estudar fóra, cando me din conta do privilexio que é. Os clientes que veñen no verán sobre todo quedan encantados». Son 22 las habitaciones en el mismo edificio del  bar y restaurante, a las que hay que sumar apartamentos en la acera de enfrente.

«Foi unha ventaxa saber que contas con xente da casa, de toda a vida, traballando aquí»

Ella explica que aunque se ha producido el relevo, eso no ha variado el personal hostelro: «Segue o mesmo que había. É unha ventaxa moi grande para nosoutros porque as rapazas levan moitos anos con nós e saben como se traballaba e o produto que había. Foi unha ventaxa, repito, saber que contas con xente da casa de toda a vida traballando aquí. A idea, por tanto é seguir como estabamos». Eso no quita que mirando hacia el futuro, indica: «Queremos afianzarnos ben».