Por el camino

MONDOÑEDO

16 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Si me permiten ustedes la confidencia, me gustaría subrayar que también yo siento un inmenso afecto por el proyecto de devolver a la vida el Camiño do Bispo, la vieja ruta que unía Mondoñedo con el mar de Ferrol a través de Abadín, Vilalba, Muras, Xermade, As Pontes, As Somozas, San Sadurniño y Neda. Un camino que, en cuanto llega al mar, y frente al santuario nedense de San Nicolás, entronca con otras tres rutas de peregrinación distintas: con el Camiño do Mar, con el Camiño Inglés y con el Camiño de San Andrés de Teixido. Habrá quien piense, claro que sí, que este tipo de iniciativas habitan, sobre todo, los ámbitos de la nostalgia y la literatura. Pero a mí me parece que estas cosas, además de ser, por su propia naturaleza, muy hermosas, van mucho más allá de la creación literaria y del recuerdo. Porque quien reivindica rutas como el Camiño do Bispo no solo está rindiendo homenaje a páginas como las de Crecente Vega, Noriega Varela o Fernando Esquío, sino que, sobre todo, busca —a través de la defensa de la historia, el patrimonio cultural, los paisajes y las tradiciones de esta Última Bretaña nuestra— nuevas fórmulas para vertebrar la Galicia do Norte, abriendo las puertas del futuro.

Y como también yo creo que «os camiños dan as xentes», estoy totalmente convencido de que el Camiño do Bispo acabará por ser un importante motor de desarrollo para comarcas como las de la Mariña luguesa, la Terra Chá, el Eume y Ferrolterra. Avanzar juntos es importante siempre; y cuando proyectos como este nacen del consenso de personas de ideologías muy distintas, ya están dejando claro que el camino es el correcto.