Condenado un maderista por robar casi 330 toneladas de eucalipto en Ourol

La Voz

OUROL

Plantación de eucaliptos en Burela (imagen de archivo)
Plantación de eucaliptos en Burela (imagen de archivo) PEPA LOSADA

Los dueños de la madera, que habían negociado con el empresario sin llegar a un acuerdo, se enteraron por los vecinos de las talas, valoradas en unos 14.000 euros

01 oct 2024 . Actualizado a las 19:20 h.

La Audiencia Provincial de Lugo ha condenado a 18 meses de cárcel a un maderista por hurtar 325 toneladas de madera en suelo de Ourol. La sentencia desestima el recurso de apelación presentado por el empresario, administrador de una empresa radicada en la comarca coruñesa de Ortegal y que deberá indemnizar a los afectados con el pago de casi 13.800 euros.

Se considera probado que el condenado se apoderó en enero del 2019 de 33,3 toneladas de cultivo de eucalipto situadas en una finca, perteneciente a uno de los demandantes, y de otras 292 toneladas de varias parcelas propiedad del otro reclamante, ambos hermanos. Los dueños no habían dado autorización al maderista para que procediese a la talas, valoradas en 1.431 y 12.328 euros, respectivamente. 

El empresario alegaba en su apelación que la prueba practicada no acreditaba la autoría de los hechos, argumentando que fue su empresa la que solicitó los permisos de tala pero una segunda firma la que realizó los trabajos, sin pagarle un euro por la madera obtenida.

La Audiencia considera que el Juzgado de lo Penal 1 de Lugo procedió correctamente. Aunque uno de los propietarios falleció durante el proceso judicial, lo que llevó al acusado a señalar que no existía prueba de la falta de consentimiento para la tala, el otro demandante refirió que el acusado había hablado primero con su hermano, sin llegar a un acuerdo sobre el precio. Los dueños, según su testimonio, se enteraron por un vecino de la corta de los eucaliptos. Entonces comprobaron que los árboles habían desaparecido sin haber percibido dinero alguno e intentaron contactar sin éxito con el condenado.

Entre la documentación se incluye una autorización para la tala solicitada por el condenado. De este modo, entiende la Audiencia, está acreditado que el maderista «tiene el dominio del hecho de toda la secuencia delictiva, apoderándose de la madera ajena sin consentimiento de los dueños y disponiendo de ella como propia con evidente ánimo de lucro».