
La playa de As Catedrais ha vuelto a hacerlo. El mes de agosto se cerrará de nuevo con todas las entradas agotadas en la web de la Xunta, 4.812 por día, resultando un total de 149.172 en todo el mes. A estas alturas, consultando la web ascatedrais.xunta.gal ya solo quedan entradas para los días 30 y 31. As Catedrais, inmune a las críticas por aglomeraciones de turistas, mantiene todo su músculo y poder de atracción. Y el éxito de As Catedrais es, un año más, el fracaso de Ribadeo, de un concello que recoge las migajas de los réditos que otorga As Catedrais, porque gran parte de esos 150.000 visitantes no habrán pisado más de Ribadeo salvo su playa.
El plan elaborado por el Concello en 2020 para regular el espacio contemplaba hacer un gran aparcamiento de 1.500 plazas, en el que se cobraría una tarifa que después se podría descontar consumiendo en los negocios de Ribadeo. Los terrenos fueron expropiados en el pasado mandato. Desde entonces nada más se ha hecho. Este plan era muy ambicioso, para ordenar un espacio de 53 hectáreas, con una entrada y un edificio multiusos a 500 metros del actual acceso al arenal, para proteger y valorizar el espacio. Nada se ha hecho. También preveía demoler el actual restaurante, habilitar una parada de Feve y otras mejoras y actuaciones. ¿Qué se ha hecho? Nada. La única medida, de hace años también, ha sido que el Concello cobra un euro por usar los aseos, dinero que se destina a pagar el propio servicio que se presta.
No se trata de sacar dinero de As Catedrais. Se trata de mimarla, cuidarla, velar por ella, prestigiarla y protegerla, como el lugar único que es de Galicia y de España. El caso es que, pese a todo, el diamante sigue brillando. Cuesta imaginar cuánto podría hacerlo bien gestionada. Bastaría con desarrollar el plan que se aprobó hace ya cinco años. Pero las prioridades de la Administración van por otros derroteros. ¿Hay alguien ahí? Y pasa otro agosto más. Otra oportunidad perdida.