El Monte Mondigo, dos años después del gran incendio que lo arrasó

j.a. RIBADEO / LA VOZ

RIBADEO

j.a.

Los eucaliptales que cubrían la montaña más alta de Ribadeo, con 569 metros de altitud, fueron cortados, replantados y ya vuelven a crecer

08 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

En octubre del 2023, Ribadeo y Trabada sufrieron el mayor incendio forestal de ese año en la comunidad gallega. En Trabada, que podía y puede presumir de su liderazgo en la gestión forestal (básicamente con plantaciones de eucalipto) y de no haber sufrido un incendio importante en cuatro décadas, ardieron en torno a 700 hectáreas. El fuego, que se había iniciado en la zona de O Bizarro, alentado por los fuertes vientos y por temperaturas que alcanzaron los 25 grados de madrugada, cruzó al municipio de Ribadeo devastando una mayor superficie, 1.603 hectáreas, rebasando la autovía del Cantábrico y obligando a desalojar viviendas.

El Monte Mondigo, la mayor cumbre de Ribadeo con 569 metros de altitud, cubierto de eucaliptos, fue arrasado por el fuego, quemado como si fuese una montaña de papel.

Extinguidas las llamas, superado el miedo de la fuego que llegó a las puertas de casas, comenzó la tarea de valorar y planificar la tarea de recuperar la actividad forestal. Y poco a poco comenzaron las cortas, con los árboles secando, perdidas sus hojas y modificando el paisaje. El Monte Mondigo es probablemente el mejor ejemplo, pelado y con los eucaliptos rebrotando y en una gran parte del terreno, la mayoría, replantado.

Es el escenario que refleja el impacto de los incendios, que arrasan con el territorio, pero también del enorme poder de regeneración de la naturaleza, de una tierra pródiga como pocas, donde los árboles vuelven a repoblar y a crecer con fuerza.

El daño, no obstante, fue enorme. Una de las cifras que demuestra el desastre ambiental y económico es la de la madera que se había cortado un año después del incendio en Ribadeo y Trabada: 214.000 toneladas, lo que en ese momento suponía el ocho por ciento del total de las cortas acumuladas realizadas o en trámites en toda la provincia de Lugo.

La evidencia fue que la actividad forestal se disparó en Ribadeo y Trabada, pero con cortas de madera quemada, sobre las que urgía actuar para que no se devaluasen aún más por la pérdida de peso.

Hoy el Mondigo, con su imagen extendiéndose sobre Ribadeo, es un recuerdo patente del enorme daño de los incendios forestales de los que, por fortuna, al menos en lo que lo va de año se ha librado A Mariña.