Martín Códax y sus 79 premios

M. Alfonso redac.arousa@lavoz.es

AROUSA

08 feb 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Martín Códax ha cerrado el 2008 consiguiendo el título de la empresa vitícola más premiada de Galicia. Durante el pasado ejercicio, los caldos que se elaboran en esta cooperativa lograron 60 medallas en los distintos certámenes internacionales y otras 19 menciones. Seis de las condecoraciones son de oro, 36 de plata y otras nueve de bronce. Con este palmarés no es de extrañar que la firma se haya situado entre las principales empresas vitícolas del mundo. Nuestra más sincera enhorabuena.

Pero no solo en los certámenes internacionales ha triunfado la firma cambadesa. Las guías más prestigiosas del sector han reservado un espacio importante para los Martín Códax. Destacan especialmente los 90 puntos que el famosos gurú Robert Parker otorgó a los vinos de esta firma o los 94 puntos concedidos por la guía Campsa. No es de extrañar que el director gerente de la firma, Juan Vázquez Gancedo , esté más que orgulloso.

Además de llenarse de galardones, Martín Códax ha aprovechado el 2008 para seguir afianzando su liderazgo en los distintos mercados internacionales. Actualmente, la bodega destina el 45% de su producción a la exportación y es posible encontrar sus albariños en el sureste asiático, en Estados Unidos e incluso en Latinoamérica. A partir de ahora, además, cualquiera podrá degustar uno de sus caldos mientras vuelva con la aerolínea Emiratos Airlines, principal compañía aérea de los Emiratos Árabes. El albariño forma parte de la carta de vinos que se sirve a los clientes de primera clase. Otro Bodegas, de nombre Róber. Éxito también cosechó el humorista Róber Bodegas en su visita al municipio isleño. A los vecinos de esta localidad les gusta presumir de que el artista empezó a ser conocido tras subirse a un escenario en A Illa. Quizás por eso ayer dejaron pequeño el salón de actos del auditorio. No cabía ni un alfiler para disfrutar, en directo, del mejor humor. Y vaya si se lo pasaron bien los numerosos asistentes. Las carcajadas se escucharon en toda la localidad.

Para hacer reír a los presentes, Bodegas recurrió a su más tierna infancia. Aquella que vivió entre columpios de hierro en suelo de gravilla en los que había que esperar vez para poder subirse. Vamos, nada que ver con los acolchados parques de hoy en día. Se refirió también a su época de juventud, cuando uno se arreglaba a fondo para disfrutar de una noche de discoteca y encontrar al primer amor. No sabemos lo que pasaba entonces, pero en A Illa, el humorista sí que triunfó.