Moldes continuará la labor de Mirón al frente de la Cámara

Nieves D. Amil
Nieves D. Amil PONTEVEDRA/LA VOZ.

AROUSA

16 jun 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El despacho del presidente de la Cámara de Comercio tiene un nuevo nombre: Francisco Moldes. Desde ayer, el empresario pontevedrés asume la labor de Ricardo Mirón al frente de la patronal con una hoja de ruta que poco varía de la diseñada por el anterior comité ejecutivo.

«Mantendré las pasarelas de moda, Ferpalia y Pomóvil e intentaremos poner en marcha las empresas de O Campiño», indicó Moldes tras la toma de posesión en la que dedicó su discurso de bienvenido a recordar la labor empresarial de su padre y su abuelo. «Lucharé hasta el último aliento para no defraudarlo ni a él ni a todos los empresarios de Pontevedra», recalcó, ante un auditorio formado por varios representantes del pleno cameral.

El nuevo presidente de la institución asume el cargo en un momento económico muy duro para las más de 20.000 empresas a las que representa. A falta de sentarse a perfilar las prioridades de sus próximos cuatro años, Moldes resta importancia a Seymoga porque «no nos puede obsesionar, ahora que hay algo similar en A Coruña. Sin embargo, seguiremos apostando por Pontes Veteris y su colaboración con la Portugal Fashion», explicó.

La directora xeral de Comercio, Nava Castro, participó en el acto de bienvenida al nuevo comité ejecutivo. Como no podía ser de otra forma el día en que se conocía la fecha para la huelga general, el recién estrenado presidente señaló, en nombre de las empresarios pontevedreses, que «aún no me reuní con el pleno, pero una huelga es siempre mala de por si y lo que hay que hacer en tiempos de crisis es seguir trabajando». Recurrió al fracaso del paro puntual de los funcionarios el pasado 8 de junio para demostrar que las huelgas no son la solución.

Ricardo Mirón se despidió ayer tras cuatro años al frente de la Cámara. La viabilidad de Casas Novas era la única condición que ponía para continuar en la institución. La quiebra de la constructora fue inevitable y Mirón cumplió su palabra de abandonar el organismo cameral ante la imposibilidad de salvar la empresa familiar.