Las previsiones, por ahora, son buenas en lo que a cantidad y calidad se refiere
04 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.«De momento vai ben». Este es el sentir general entre los técnicos de Rías Baixas cuando se les pregunta por el estado de la cosecha de este año. Reconocen que las condiciones meteorológicas no son las mejores, sobre todo porque son muy propicias para la aparición del mildiu, pero también que por ahora no hay motivo de preocupación. La brotación y la floración transcurrieron con normalidad y las previsiones son buenas. «Ten moi boa pinta», explica Miguel Tubío, de Martín Códax. El calor ha provocado que la producción vaya dos semanas adelantada con respecto a ejercicios anteriores.
«A floración está totalmente rematada. A uva, nalgúns casos, é máis grande que un perdigón», asegura Alberto Barral, director técnico de Condes de Albarei. «Este ano non está sendo moi complicado. Abril foi moi seco e en maio non houbo choivas persistentes», añade Tubío. «Ás viñas situadas máis preto do mar colleunas as choivas na floración e desgranaron un pouco, pero é cedo para dicir se lle afectaron», sostiene Diego García, de Paco & Lola.
En general, las previsiones son buenas. Tanto en calidad, como en cantidad. Aunque los técnicos reconocen que es pronto para hablar de cifras, lo cierto es que buena parte del fruto cuajó. «O número de acios que hai na vide está na media, tirando a alto», sostiene Barral. «A brotación foi normal, rápida e homoxénea», añade García. La cosecha va adelantada dos semanas con respecto a otros años y, de mantenerse así, la vendimia podría celebrarse antes de lo previsto.
La mayor preocupación de los viticultores, en este momentos, es el mildiu. Los últimos días han estado protagonizados por temperaturas de veinte grados y mucha humedad, condiciones más que propicias para que la enfermedad se desarrolle. «A maioría do viñedo non ten nada, pero é certo que os viticultores teñen que estar alerta», insiste Barral. La misma opinión comparten en Paco & Lola. «Estamos con alerta máxima, intensificando as visitas a campo e andando moi enriba, sobre todo, naquelas parcelas máis susceptibles de desenrolar a enfermidade», añade García. «É certo que hai algo de incidencia de mildeu, pero é o normal», insiste Tubío. Los técnicos saben que este hongo es ya un viejo conocido de los viticultores, que permanecen alerta en esta época y saben cómo combatirlo.
Lo que más empieza a preocupar ahora es la sequía. Las lluvias de mayo vinieron bien, porque no fueron persistentes. Pero hace falta más. «Gustaríanos que volvera chover como en maio, de forma intermitente e poder manter así o nivel hídrico das plantas», explica Tubío. Pero las previsiones hablan de un verano cálido y seco. «Non pasa nada, iso só cambiará o perfil da colleita, que volverá a ser de moito grao e pouca acidez», argumenta el técnico. Recuerda que la vid es un producto de secano, que está acostumbrado a pasar sed, pero no descarta que en algunas parcelas sea preciso regar para evitar que las plantas sufran demasiado estrés hídrico.
Una denominación inmersa en el proceso electoral
El próximo 9 de julio, viticultores y bodegueros de buena parte de los consellos reguladores e indicaciones geográficas de Galicia están llamados a las urnas. De ellas saldrán los nuevos plenos de estas entidades. Rías Baixas se encuentra también inmersa en este proceso, que ha entrado ya en la fase de las candidaturas. El pasado viernes se cerró el plazo para que todos los interesados puedan concurrir, aunque no será hasta el día 9 que las candidaturas serán proclamadas, es decir, que se les dará autorización para participar en el proceso tras haberse comprobado que cumplen con todos los requisitos que exige la regulación. Veinte días después, dará comienzo la campaña electoral, que finalizará solo dos días antes de que se celebren los comicios.
Las candidaturas
Habrá que esperar al viernes para conocer los nombres de las bodegas y viticultores que concurrirán a los comicios del próximo 9 de julio. Podría suceder, al igual que en las últimas elecciones, que los integrantes de determinados censos no tuvieran que acudir a las urnas. Fue lo que sucedió con las cooperativas en la convocatoria del 2012. Las seis empresas de estas características que existen llegaron a un acuerdo para repartirse los cuatro vocales. Algo que es muy probable que vuelva a suceder en esta ocasión. Tampoco las grandes bodegas tuvieron que votar entonces. En todas las subzonas se presentó una lista de consenso, que fue elegida por aclamación.
Sí en cambio tuvieron que acudir a las urnas las pequeñas bodegas y los viticultores, que tradicionalmente están representados por tres sindicatos. Unións Agrarias, Xóvenes Agricultores y el Sindicato Labrego Galego se han presentado a las últimas citas electorales, por lo que es de esperar que en esta ocasión también participen en el proceso. Será en este censo donde los vocales estarán más reñidos, pues es probable que también se presenten las asociaciones profesionales de viticultores que se han creado recientemente.