El corazón del baloncesto vilagarciano

Antonio Garrido Viñas
Antonio Garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

Arrancó ayudando en un torneo juvenil, lleva 26 años en el BBC y ahora también en el EncestaRías

17 feb 2020 . Actualizado a las 19:30 h.

Nadie que haya pasado por los pabellones de Fontecarmoa en las tres últimas décadas desconoce quién es Javier Guerrero Salgado, Javichu, (Vilagarcía, 1972). Lleva veintiséis años a pie de pista, echando una mano en todo lo que haga falta y sacando tiempo de donde sea para que todo vaya sobre ruedas. Llegó al Basket Base Club de la mano de uno de los grandes clásicos del deporte vilagarciano, su tío Carlos Guerrero. «Empecé colaborando en un torneo juvenil hace 26 años», recuerda. Y de ahí, a la Liga EBA cuando el BBC dio el salto. Empezó como utillero, luego delegado y más tarde ya como «imprescindible», que es el cargo máximo al que cualquiera quiere aspirar, pero al que prácticamente nadie consigue acceder. Javichu sí lo logró. Quien mejor se define es él: «Soy un vilagarciano de pro, que me gusta colaborar con lo que se hace en mi ciudad. Estuve en el Arousa Fútbol 7, en la cabalgata, en el entroido...». Es decir, en lo que hiciera falta.

Javi vivió la etapa mágica del BBC en la Liga EBA. Los entrenadores iban cambiando (Larry, Rubén Domínguez, Tito Díaz, Chiqui Barros, Juan Espiñeira...) pero había algo que permanecía inalterable en el banquillo vilagarciano, la presencia de Javichu. Y cuando el club decidió dar un paso atrás y regresar a la competición autonómica, él no se apartó. Y ahí sigue. Empezó con una planilla de mano, luego se pasó a un Ipad «con un programa que me pagué yo y que me valió una pasta» y ahora con la tableta. «Muchos años de resistencia, como yo digo», resume.

En su currículo, que a fin de cuentas prácticamente es el del club, aparecen varias fases de ascenso a la LEB, que nunca se pudieron culminar con éxito. De todo ese bagaje se queda con la temporada en la que, con Chiqui Barros al frente, ganaron 28 de los 30 partidos de la Liga EBA. Llegaron a la fase de ascenso, pero sucedió lo de siempre, «como digo yo, ‘ahí te quedas’, Y te quedas triste, y más viendo que en Marín están en la LEB Oro y al Xuven, que estuvo en LEB Plata».

Es difícil calcular a cuántos jugadores ha conocido Javi en todos estos años. «Más que con los jugadores, me quedo con que a todos los sitios a los que fui, bien recibido era», dice. ¿Y con los árbitros, qué tal se llevaba? «Bien, con algunos mejor que con otros», afirma. Una técnica le pitaron en toda su carrera en el banquillo del BBC y la recuerda bien porque, asegura, no fue culpa suya sino de un jugador. Sucedió en un encuentro contra el Peleteiro y le cayó una buena bronca de Tito Díaz, que era entonces el entrenador, aunque «luego me pidió perdón porque no había sido culpa mía. Es uno de los entrenadores que me han dejado huella porque es muy buena persona», apunta. El baloncesto le dado a Javi muy buenos amigos y alguna sorpresa, como la que vivió en el acto de presentación del CLB de esta temporada, en el que fue nombrado «padrino» del club. «Fue algo raro. Dos o tres días antes tuvimos la reunión para ver cómo la íbamos a organizar y ahí pregunté por el padrino», y le dieron largas. Le pidieron, incluso, que propusiera algún candidato para que no sospechara nada. «En aquel momento estaba asustado. Pensaba que hay gente que lleva más años en el club y que se lo merece y que por qué me lo daban a mí», recuerda.

Hay vida baloncestística más del CLB, por supuesto, y para Javi Guerrero también. Él es uno de los artífices del torneo EncestaRías, esa cita veraniega que permite a Vilagarcía vestirse con sus mejores galas para recibir a equipos de la Liga ACB y también foráneos, como el Alba Berlín de Aíto García Reneses. Y también de la Liga de veteranos, la MSL, en la que la imagen de Javi Guerrero en la pista dando a gritos la orden de que todos los partidos comiencen a la vez es ya todo un clásico. «Un trabajo de varios meses, pero cuando acaba el torneo te quedas muy satisfecho con todo lo que hiciste», resume sobre la cita de pretemporada.

«Ahora mismo ganar o perder ya me da igual. Lo que quiero es disfrutar del baloncesto como estoy disfrutando», concluye. Y no hay mejor manera de concluir.