36 años de aclarar el camino a la canasta

Pablo Penedo Vázquez
pablo penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

ADRIÁN BAÚLDE

Juan Rodríguez Espiñeira dirigió todas las categorías del BBC antes de levantar una de las mayores canteras de baloncesto de Galicia

06 sep 2021 . Actualizado a las 13:30 h.

Cuando Juan Rodríguez Espiñeira era niño «en los parques de Vilagarcía todavía no había canastas». Por suerte para él y para los centenares de chavales que aprendieron de sus conocimientos y su forma de enseñarlos, Espi, como lo conocen en el mundillo, nació y se crio en un pueblo de baloncesto. Y así fue como un crío cuyo primer recuerdo relacionado con el deporte lo sitúa dando patadas a un balón en un campo de tierra, acabó trazando una de esas trayectorias que apuntan a institución. Encadenando 36 años en un club en el que lo ha sido todo como técnico y en el que lleva siete temporadas al frente de la dirección deportiva de uno de los mayores y más ambiciosos proyectos de baloncesto base de Galicia, el CLB.

Tras alguna escaramuza sabatina con sus primas en la abarrotada escuela del Liceo, con 8 años varios compañeros de colegio animaron a Espi a probar en un BBC (Básket Base Club) en pañales. «Los entrenadores eran jugadores cadetes y júniores del club, pero para nosotros eran mayores». Una sensación recordada por Espiñeira y que a buen seguro sintieron aquellos chavales de Meis a los que ayudaba a entrenar algún sábado siendo aún cadete junto a su entrenador, Juan Santos, en la escuela que el BBC tenía en el municipio vecino. «Desde ahí creo que no paré de entrenar», dice el arousano.

En su segundo año sénior sacó su primer título de técnico convencido por Larry, el entrenador que cambió la historia del BBC y también la de Espiñeira. Un año después Larry capitaneó el salto a la EBA del club, con la compra de una plaza en la entonces categoría de plata española, y llegaron los primeros jugadores foráneos. «Ese verano estaba para formar parte del equipo, pero yo era ala-pívot y vi que los fichajes jugaban donde podía hacerlo yo». Así que nuestro rostro del deporte optó por cambiar de aires.

Precoz adiós a las zapatillas

Una temporada en el Dorna de A Illa en Primera Autonómica y otra en el Doce en Zonal le bastaron para, con poco más de 20 años, comprender que lo suyo, lo que de verdad lo llenaba, era jugar desde el otro lado de la cancha. «El entorno de entrenadores que había en el club, con gente como Juan Trigo, muy cercana y que te daba muchos consejos para entrenar, te iba metiendo en ese mundillo. Y cuando me di cuenta, me encontré con que cuando me coincidía tener que jugar yo un partido o ir con los niños que entrenaba al suyo, podía esto último, explica el hoy director deportivo del CLB.

Tras entrenar en todas las categorías base, a Espiñeira le llegó Ese Momento. El de aceptar el encargo del banquillo del primer equipo de su club. Y como suele ser habitual en estos casos, hacerlo en un período de escasez, que ya sufrió Tito Díaz en su última campaña al frente del Inelga BBC. El hoy hombre fuerte del ACB Breogán «Habló con la directiva para decirle que yo podía ser un buen entrenador para el primer equipo», cuenta Espi. Lo hace dejando constancia del «mucho cariño» que le guarda a Tito Díaz, que si bien nunca lo tuvo en su cuerpo técnico -«él ya tenía hecho el suyo», lo disculpa-, «me enseñó muchas cosas, en muchas horas de conversaciones de baloncesto y viendo sus entrenamientos». Un aprendizaje del que echó mano para aguantar el tirón. 

En un equipo que venía de tres títulos de conferencia y cinco participaciones en la fase de ascenso las ocho temporadas anteriores, Espiñeira se topó con un «muy mal inicio de Liga. Marcos Rozas, nuestro referente interior, se lesionó en la primera jornada. Pero en la segunda vuelta solo perdimos 2 ó 3 partidos» y el BBC rozó una nueva clasificación para los play-offs. «¡Fue fantástico!», recuerda. También, añade, «un aprendizaje brutal». 

La segunda temporada de Espiñeira en EBA, la 2008/09, el equipo se salvó del descenso en la última jornada. Pero tras tres cursos de progresiva reducción presupuestaria y con un cambio de directiva, los nuevos responsables del club dieron un volantazo de 180 grados. «Decidieron, creo que bien, que no se sabía lo que se venía encima -la crisis de las hipotecas basura apenas había empezado a mostrar toda su crudeza- y apostar por un proyecto de base para crecer desde ahí», prescindiendo del equipo sénior y su lastre económico.

Punto final a una era dorada

Aunque con «pena» por enterrar un equipo que hizo de Vilagarcía «una referencia en la EBA» en su apogeo, Espi se sumó al proyecto como piedra angular en calidad de director deportivo.

Partió el vilagarciano con una modesta cantera de unos 70 niños. En sus manos la base del BBC llegó a alcanzar los 230. Y entonces, en una conversación con su homólogo de la sección de baloncesto del Liceo Casino y hoy entrenador del Cortegada de LF2, Javi Nogueira, se fraguó la fusión de ambas canteras en el verano del 2013, ampliada un año después con la entrada en el proyecto de la A.D. Cortegada.

En este momento el CLB cuenta con unos 300 niños, dos docenas de equipos y 16 entrenadores, sin contar monitores y ayudantes. Antes de la pandemia eran cerca de 400 jugadores repartidos en 33 equipos con 29 técnicos en plantilla. Cifras estas últimas que Espiñeira confía en poder recuperar pronto con el avance de la vacunación, en paralelo al crecimiento del filial del Cortegada y el equipo sénior masculino, en Primera Autonómica. A ello suma una jugadora formada en el CLB, Irene Noya, en la órbita de la selección española Sub 14 y varios ex jugadores engrosando las filas del Obradoiro B las últimas temporadas.

Llegados a este punto, Espiñeira no puede por menos que estar satisfecho de un proyecto que resume en una frase: «Nos ha hecho mucho más fuertes».