El área norte de Vilagarcía perderá su última gran referencia comercial en un año

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

Mercadona cerrará a finales del 2024 sus tiendas de Rosalía de Castro y A Xunqueira para centralizar su oferta en su nuevo local, en el que está invirtiendo 11,5 millones

08 dic 2023 . Actualizado a las 13:33 h.

Si las obras de su nueva apuesta avanzan al ritmo que aguarda el grupo valenciano, estas serán las últimas Navidades en las que el Mercadona ubicado en la avenida Rosalía de Castro abra sus puertas. El establecimiento, la única gran referencia comercial que existe en el área norte de Vilagarcía, correrá la misma suerte que el supermercado que la cadena gestiona en el entorno de A Xunqueira. La empresa acaba de confirmar que su intención es centralizar su oferta en la tienda que en estos momentos construye en la avenida Valle-Inclán, a un paso del parque botánico Enrique Valdés Bermejo, gracias a una fortísima inversión de once millones y medio de euros.

La previsión es que el complejo sea inaugurado a finales del año que viene, lo que comportará el cierre de los otros dos supermercados, algo que en la ciudad se barruntaba desde que trascendió la decisión de Mercadona de construir un nuevo y mayor establecimiento en la zona sur de la capital arousana.

El grupo explica que las tiendas de Rosalía de Castro y A Xunqueira no pueden asumir los estándares de calidad con los que opera en estos momentos. La reorganización, subraya la cadena, busca «mejorar el servicio a los jefes —forma en la que Mercadona se refiere a sus clientes— con un supermercado que se adapta al modelo de tienda eficiente de la compañía, con una sala de ventas más accesible y un aparcamiento más amplio».

Por lo que respecta a los empleados que hoy prestan sus servicios en los centros que serán cerrados dentro de un año, «serán recolocados atendiendo a sus demandas o necesidades y se mantendrá la plantilla que actualmente trabaja en ellos».

Una de las líneas que los supermercados actuales no podrían acoger constituye una de las grandes apuestas de Mercadona en los últimos tiempos: la sección Listo para Comer, con comida elaborada en fresco, en la que los clientes tienen a su disposición bebidas frías y platos preparados para ser consumidos, servidos, además, en envases que han sido fabricados con materias naturales y reciclables, como la caña de azúcar, compostable, el cartón o el papel.

Este aspecto, el medioambiental, presidirá el nuevo establecimiento de Valle-Inclán, capaz de reducir en un 40 % el consumo energético de un supermercado convencional a través de medidas como la mejora del aislamiento térmico y acústico, o la implantación de arcones de congelado más eficientes. Por último, la tienda contará con un sistema de iluminación LED que se regulará de forma automática. La idea es mejorar las condiciones de trabajo de su plantilla, con zonas comunes para los momentos de descanso y acciones que pulirán la ergonomía y eliminarán el sobreesfuerzo. Mercadona pone un ejemplo: «El nuevo mueble de caja se ha desarrollado en colaboración con el Instituto de Biomecánica de Valencia».

Entretanto, el amplio espacio que se abre entre la estación de ferrocarril y los confines de Bamio se verá privado de su centro de compras de referencia. Un área que comprende no solo Carril, cuyo tejido comercial no ha hecho sino menguar con el paso de los años, Guillán o Trabanca-Sardiñeira, sino también urbanizaciones como Veiga de Lamas o Villa Güimil, constituyéndose como un polo de concentración de segundas residencias y alquileres turísticos, especialmente frecuentado en verano.

El Mercamás que abre sus puertas en Carril y el Gadis de la plaza de la Constitución seguirán funcionando en sus extremos, pero únicamente están dimensionados para cubrir las necesidades de su población más inmediata.