«El reto de las cooperativas es darle valor añadido a sus producciones»

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

AROUSA

Martina Miser

Dice que el vino de estas firmas «pelea en los mejores mercados del mundo»

26 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Fue en el año 2011 cuando cinco cooperativas decidieron crear el Foro Mundial de Cooperativas Vitivinícolas, que estos días está celebrando su asamblea anual en Bodegas Martín Códax (Cambados). Según cuenta el presidente de esta entidad y presidente de la cooperativa argentina La Riojana, Alfredo Capece, hoy en día son 18 las empresas sociales que constituyen esta entidad y que agrupan a más de 40.000 viticultores de todo el mundo. Intercambiar experiencias es el principal objetivo de esta cita, donde también se ponen sobre la mesa los principales retos que afronta el sector. Uno de ellos, asegura Capece, es «darle valor añadido a sus producciones». Porque aunque las cooperativas vitivinícolas elaboran el 63 % del vino del mundo, solo comercializan con marca propia un 15 % de lo que producen.

—¿Cómo de importantes son las cooperativas para el sector del vino?

—Son sumamente importantes. Las cooperativas vitivinícolas son una forma de vida, un conjunto de productores de diferentes regiones que tratan de mancomunar objetivos y esfuerzos y llevan adelante un trabajo conjunto muy importante para tratar de dar valor añadido a su producción. Lo importante es el arraigo y la pertenencia que tienen cada una a sus localidades y sus zonas, donde crean desarrollo, oportunidades y donde un productor, indistintamente de su calidad, trabaja en un ambiente democrático, en conjunto con el resto de sus compañeros cooperativistas.

—¿Qué ventajas tiene que una bodega sea una cooperativa?

—Los pequeños productores en las distintas regiones de forma cooperativizada pueden realizar un volumen importante, que es lo que les permite comercializar ese volumen, tener una escala mayor del producto, tener la posibilidad de darle valor añadido a esa materia prima y ser receptores de nuevas posibilidades que les permitan, dentro de ese trabajo que se hace mancomunadamente, beneficios para el sector y la zona donde trabajan

—En España, el vino de cooperativas no tenía muy buena fama hasta hace unos años, aunque por fortuna eso ha cambiado. ¿Pasa lo mismo en todo el mundo?

—En todo el mundo había esa visión. El vino cooperativo, durante estos últimos años, ha cambiado, aunque es real lo que comentas. Hay un mercado que cada vez es más exigente y las cooperativas se han tenido que adaptar en cuanto a estilos, a nuevas tendencias para poder ser competitivos. Lo que hacemos en este foro es tratar de interrelacionar con otras cooperativas, nutrirnos de las distintas experiencias y poder conjuntamente visualizar posibilidades que nos ayuden a mejorar la competitividad para el sector cooperativo. Hay vinos de cooperativas con estilos muy buenos, que van a la vanguardia de los distintos segmentos que tiene el mercado. El intercambio de experiencias que se va teniendo hace que también haya muy buenos vinos de calidad que estén peleando en los mejores mercados del mundo.

—Otro mito de las cooperativas es que son difíciles de gestionar, precisamente porque tienen muchos dueños.

—Hay diferentes realidades en el foro, lo que te da ese panorama de las cooperativas porque cada zona tiene su particularidad. Hay cooperativas que son más gerenciales, hay otras que tienen un mix con el consejo de administración y todo ese intercambio va floreciendo en nuevas alternativas de trabajo. También tenemos esos nuevos enfoques entre la gente que trabajaba y tiene experiencia y las nuevas visiones que traen los jóvenes. Eso es muy importante para tener un mix de alternativas que ayuden a tomar las mejores decisiones. Porque el vino va cambiando como producto, los clientes cambian sus estilos, sus modas y las cooperativas tienen que ir adaptándose a esos cambios. No es sencillo, porque uno tiene que ir adaptando toda la parte productiva. Hoy en día está en decadencia el vino tinto y está tomando un auge importante el vino blanco, pero cuando se traduce eso a la parte productiva no es un cambio que se pueda hacer de un día para otro. Son cambios que llevan años y muchas veces la parte comercial tiene una velocidad distinta a la productiva.

—¿Cuál es el objetivo del foro?

—Intetrcambiar experiencias entre cooperativas para facilitar la competitividad de las mismas, el intercambio productivo, técnico, tecnológico, de experiencias, de visiones que ayudan y de los jóvenes también. Es muy importante defender el movimiento cooperativo porque detrás de todo ese trabajo que hacen las cooperativas hay mucha gente, pequeños productores, familias en regiones de todo el mundo que trabajan. Por medio del foro la idea es promocionar ese trabajo que hacen los pequeños productores de vino en todo el mundo. Las cooperativas tienen un desafío importante, que es el de darle valor añadido a esas producciones porque solo alrededor del 15 % del vino que producen sale con marca de cooperativa. Hay mucho vino que se vende a granel y por eso tenemos el desafío de incentivar el desarrollo de valor añadido para estar en toda la cadena de la viticultura, desde la producción y elaboración a la comercialización.

—Otra de las ventajas de las cooperativas es su aportación a la sociedad. En su empresa, La Riojana, venden vinos y aceites y hacen obras sociales.

—La idea era que en algunos productores tenían en sus propiedades, además de vinos, los aceites, y fue un negocio que armó la cooperativa y que hoy en día tiene buen crecimiento. Las cooperativas son importantes porque, una vez que tienen la pata comercial, les pueden brindar la diversificación de productos para que después se puedan comercializar. Además, en La Riojana tenemos certificada una norma de comercio justo que nos permitió hacer obras en la localidad donde están los productores y los empleados de bodega. Nos ha permitido hacer un colegio agrotécnico, ayudar con agua potable a una localidad productiva y hemos inaugurado la conducción de un centro de salud. Todo eso con la venta de los vinos y los aceites. Somos empresas de economía social y todo el trabajo y el desarrollo que hay queda en la sociedad, no somos empresas con capitales externos que vienen y hacen negocio puntual. Acá hay una tradición, una trayectoria de muchos años y la idea es continuar con esa actividad tan linda que es la viticultura.