
Cumplir con las tradiciones no siempre sale caro: las sardinas se vendieron este sábado a 10 euros, el pan de millo a 3,50 y las flores a 3
23 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La noche de San Xoán está llena de ritos, de tradiciones que hunden sus raíces en el tiempo, de costumbres heredadas de las abuelas y de cachadas sobre las que se salta y en las que se cocinan alimentos para compartir. Muchas de esas tradiciones se mantienen vivas, aunque según Mónica, que vende pan en la plaza de Cambados, se han ido adaptando a los nuevos tiempos y eso ha hecho que pierdan parte de su sabor de siempre. «O San Xoán vai a máis pola festa. Pero as sardiñas e o pan de millo xa non se levan tanto, agora a xente prefire o churrasco», cuenta desde su puesto en el mercado. Su poca confianza en las ventas de este año hicieron que elaborase menos bollos de pan de millo que en otras ocasiones, y al filo del mediodía ya había acabado las reservas. «Pola tarde teño máis para cocer, para as encargas que teño», reconoce.

El pan de maíz, un secundario de lujo.
Es el compañero inseparable de las sardinas, el pan que gana sabor cuando el pescado asado está justo en su momento, y la grasa empapa la miga. En la plaza de Cambados, el kilo de este secundario de lujo se vendió ayer a 3,50 euros.
El pan de maíz es un ingrediente imprescindible en cualquier sardiñada que se precie. Es la cama ideal para un pescado azul que este año llega al día de San Xoán listo para «mollar o pan», como manda la tradición. Así lo aseguran las peixeiras de las plazas de abastos de la comarca. «Este año la sardina está muy buena, gorda», comentaban ayer. Una de las que sostiene esta afirmación es Rosi, que llegó a primera hora de la mañana a su puesto de la plaza de Cambados con 150 kilos de sardina del xeito. La vendía a 10 euros el kilo, dos euros más cara que el viernes, y a las once y media de la mañana había liquidado todas las previsiones. «Igual un poco más podría haber vendido, pero poco más», señalaba. Y es que, aunque es verdad que este sábado «la gente se nota que tiene gana de sardina», no es menos cierto que «cada vez hay más sitios donde comprarla», con supermercados que compiten en precio con una ferocidad pasmosa. Precisamente, toda esa competencia hace que Rosi tenga la sensación, y no logra sacudírsela, de que la fiesta del San Xoán «cada vez va a menos». ¿Puede ser verdad que la celebración esté despegándose de sus raíces y convirtiéndose en una noche de fiesta más? ¿La noche de fiesta más corta del año?

Las reinas de la fiesta
Aunque cada año tiene más competencia —churrasco, criollos, otros pescados...— la sardina sigue teniendo su hueco reservado en el San Xoán: no hay hoguera en la que no esté la reina de la fiesta. El viernes, las del xeito se vendían en las plazas arousanas a ocho euros; ayer en Cambados iba a diez.
La pregunta queda en el aire. Lo que está claro es que la mañana del lunes, en muchas casas de la comarca, arrancará con la familia lavándose la cara con el agua de San Xoán. Hace unos años era tradición salir a recoger las siete hierbas imprescindibles para elaborar esta pócima mágica, pero cada vez es menos la gente que se anima a cumplir el ritual. «Non é fácil. Esas herbas antes atopábalas no monte, pero agora non as hai», comenta Delia Fontán. Ella tiene una floristería en la plaza y este sábado por la mañana vendió medio centenar de ramilletes de hierbas mágicas que había encargado. «Botei uns anos sen telos, porque non é fácil dar con alguén que chos prepare, pero a xente preguntaba moito, así que este ano, en canto souben que había unha rapaza que nolos podía facer, volvemos telos», explicaba. «A xente hoxe en día non ten nin tempo, nin no monte hai flores para que vaian coller o seu propio ramillete, pero a tradición gusta», asegura la florista.

Las hierbas que todo lo purifican
Hoy por la tarde hay que ponerlas en agua y dejarlas a la intemperie, para que el rocío de la mañana las llene de poderes mágicos. La tradición habla de siete hierbas mágicas, que en Cambados ayer recitaba Delia: romero, tomillo, hierba buena, menta, malva de olor, fiuncho y la propia hierba de San Xoán.