El Momo de Begoña Gómez arde para despedir el carnaval de Vilanova

Maruxa Alfonso Laya
M. alfonso VILANOVA / LA VOZ

AROUSA

La localidad volvió a registrar un lleno absoluto en su tradicional desfile

09 mar 2025 . Actualizado a las 20:54 h.

Vilanova lo apostó todo a que durante la tarde del domingo no iba a llover. Y acertó. El municipio fue uno de los pocos que decidió no aplazar sus festejos del carnaval y el ya tradicional desfile del Momo fue todo un éxito. Tanto, que las carreteras de acceso registraron pequeñas retenciones a primera hora de la tarde a causa de toda la gente que quiso acercarse a la localidad. A las cinco de la tarde, se desvelaba la identidad del Momo que, en esta ocasión, tenía nombre de mujer. Concretamente, el de la esposa del presidente del Gobierno, Begoña Gómez. Con su birrete y su título universitario bajo el brazo, recorrió las calles de la localidad precedida por una numerosa comitiva en la que había disfraces y carrozas para todos los gustos.

No eran aún las cinco de la tarde y las calles por las que iba a transitar el desfile estaban abarrotadas de gente dispuesta a esperar pacientemente la llegada de las numerosas carrozas. Un año más, el desfile no defraudó, todo lo contrario. Había disfraces y maquetas de estilo muy variado. Desde los originales bateeiros, vestidos con sus trajes de agua, hasta una espectacular fantasía bajo el mar llegada desde Tomiño. Llamaron la atención también los tiovivos y los cuidadosamente diseñados frascos de perfume, que dejaban un agradable aroma a su paso. Y el castillo de los mosqueteros, con carroza de caballos incluido.

Por las calles de la localidad desfilaron vaqueros, una granja entera, decenas de paquetes de Lacasitos, una fiesta de Drag Queens y toda la extrema derecha del mundo subida en una única carroza, con Milei y su motosierra, Trump y hasta el mismísimo Elon Musk. También, marcianos de otras galaxias, minions y hasta unos enanitos subidos a sus setas. Todos, con muchas ganas de fiesta, de bailar y de animar a los presentes. La comitiva tardó horas en recorrer las calles de la localidad y, al final, tal y como manda la tradición, el Momo ardió en la hoguera para poner el punto y final a los festejos de carnaval. Hasta el año que viene.