Un club de submarinismo, una escuela náutica, la cofradía y el Concello de A Illa organizan una limpieza el día 29
22 feb 2020 . Actualizado a las 21:54 h.La mayoría de nosotros tomamos conciencia del problema que supone la contaminación marina cuando nos acercamos a la playa, o a la costa, y nos encontramos el paisaje trufado de plásticos y de residuos. Pero, ¿qué ven los submarinistas cuando se sumergen en el fondo de la ría? Rafael Fernández, del club subacuático Pérez, asegura que allá abajo «hai moita basura». Por eso, ese colectivo decidió, hace ya algún tiempo, aportar su granito de arena y «cada vez que saímos ao mar, imos retirando o que podemos». Al margen de ese gesto individual, el club organiza auténticas batidas submarinas para limpiar los fondos. Una de ellas tendrá lugar el próximo sábado en un entorno privilegiado: los alrededores de los islotes de Areoso y Pedregoso.
En esta iniciativa, el club no está solo. A Illa es una localidad especialmente sensibilizada con el problema de la contaminación del mar, el medio de vida de buena parte de la población. El Concello está inmerso en pleno proyecto de transición energética, a fin de encontrar alternativas sostenibles. Y la cofradía, además de participar en diversos proyectos, ha puesto en marcha una exitosa página de Facebook en la que los particulares avisan de lugares en los que hay depositados residuos para que los vigilantes del pósito pasen a recogerlos.
Todo hace prever, pues, que la iniciativa del sábado, a la que se ha sumado también la escuela náutica Mar e Vento, será un éxito. Así lo espera la organización, que tiene previsto que los buzos participantes -buceadores con botella o en apnea- salgan del puerto a las nueve de la mañana, para regresar a tierra a partir de mediodía. Entre una y otra hora, se sumergerán en un entorno especialmente hermoso, «con moitos cons, pero seguro para poder mergullarse». Un pequeño paraíso en el que, sobre todo en verano, se suelen ver demasiados residuos. «Por desgraza, é un problema xeneralizado en todo o mar», dice Rafael Fernández. Él nos relata algunas de las estampas más estrambóticas que se ha encontrado bajo las aguas. También las más deprimentes. «Unha vez atopamos un peixe que se metera nunha bolsa de plástico e non era capaz de saír», relata. Esa es la más demoledora de las imágenes de contaminación que recuerda. Pero hay otras. «Temos atopado dende un carriño de supermercado, que a saber como chegou iso ata alí; unha rebarbadora, almofadas...», señala este buceador.
Habrá que ver qué capturas se hacen el próximo sábado entre Areoso y Pedregoso. Seguramente, serán más abundantes de lo que deberían. En cualquier caso, todos estos gestos cuentan, tanto por lo que significa retirar del mar lo que sobra, como por los valores que transmiten tanto a quienes se sumergen en el mar, como a quienes disfrutan de él desde la orilla.