El asombroso nacimiento del Eira Market, un «plan entre amigas que se nos fue de las manos»

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Catoira acogió este domingo la celebración de un mercadillo de segunda mano que ha cosechado un rotundo éxito tanto por el número de puestos (35) como por el trasiego de público

30 sep 2025 . Actualizado a las 14:26 h.

Siempre hay una palabra en inglés para nombrar comportamientos que, por una u otra razón, se convierten en tendencia. Sin embargo, aunque existe el vocablo «recommerce», este término no ha logrado colonizar las conversaciones en las que se habla de comprar y vender objetos que ya han sido usados por otras personas. No sabemos si Alba Ferro, Laura Ulla e Iria Campaña lo han utilizado en alguna ocasión. Lo que sí podemos afirmar con certeza es que a estas catoirenses su plan para pasar un domingo «entre amigas», buscando darle una segunda oportunidad a muchas cosas que guardaban nuevas en casa, se les ha ido de las manos. Este domingo, el Eira Market, el mercadillo que se decidieron a organizar, ha cosechado un éxito que las ha dejado, así lo reconocen, con la boca abierta.

«Todo o mundo ten cousas na casa que non usa», cuentan las organizadoras. Y entre cafés y charlas, fueron perfilando poco a poco la idea de organizar un mercadillo como los que, en ocasiones, han visitado en ciudades más grandes. ¿Tendría tirón en Catoira? Había que probar. «Tamén queríamos organizar algo que contribuíse a crear comunidade, á colaboración entre a veciñanza e a crear plans alternativos aquí, entre nós», señalan.

Acertaron de pleno. Este domingo, muchísima gente se acercó al Eira Market, situado en los sótanos del ayuntamiento de Catoira. En su interior, 35 puestos en los que rebuscar y descubrir. «Xa nos sorprendeu moito cando empezamos a organizar todo, a acollida que tivo a idea entre a xente», cuentan las organizadoras. «Quedamos un tanto abrumadas con todas as chamadas que recibimos, de feito son 35 postos porque paramos. E hoxe xa varias persoas nos dixeron que se enteraran tarde e que se se repite o ano que vén, se apuntarán». «O que pensabamos que ía ser un plan entre amigas, que iamos ser catro veciñas e pouco máis, resultou ser unha cousa completamente distinta», dicen sonriendo de oreja a oreja, mientras en el local no para de entrar gente. La mayoría viene a curiosear, en busca de alguna ganga. Hay también quien trae una lista de cosas que le gustaría encontrar. A su disposición más de una treintena de puestos en los que manda la ropa, entre la que se cuelan complementos, zapatos, cuadros, ilustraciones, muebles...

La mayor parte de quienes acudieron al evento con ánimo de vender eran de Catoira, aunque también había gente llegada desde O Grove, Vilagarcía, Padrón, Pontevedra... Un grupo de estudiantes del colegio, que reúnen fondos para poder irse de excursión, aprovecharon la ocasión para poner un puesto de dulces y cafés, mientras que una asociación local, A Estación, se encargó de animar el ambiente con la música y la venta de refrescos.

A mediodía de este domingo, el cóctel estaba servido y triunfando: el ir y venir de gente era constante. La ropa, con precios a partir de un euro, se descolgaba, se revisaba, se compraba o no... «¡Lástima que no sea de mi talla», exclamaba una voz ante un traje chaqueta de corte impecable. Una mujer intentaba decidir si el vestido que había elegido se adaptaba bien a su figura. En uno de los puestos, la vendedora sonreía a la hora de explicar qué la ha llevado hasta Catoira: se reconoce una víctima de «fast fashion» y parece haber hecho propósito de enmienda. Tal y como explicaban Iria, Alba y Laura, poco a poco va extendiéndose la conciencia de que hay que exprimir al máximo la vida útil de todo aquello que ya está fabricado. Y si hablamos de moda, más.