El control de la Mancomunidade do Salnés depende de nuevo de Carlos Viéitez

Hace cuatro años, la presidencia de la Mancomunidade do Salnés recayó en la alcaldesa de Meis, Marta Giráldez. Aquella fue la primera vez en la que el cargo quedó en manos de un político ajeno al Partido Popular —socialista, en este caso— desde los tiempos fundacionales en los que Sito Vázquez desempeñó el puesto. El papel de Carlos Viéitez, recién elegido regidor de Meaño por el PP, resultó decisivo para inclinar la balanza, en una operación que facilitó la gobernabilidad de su municipio, pero le costó la eterna enemistad de Gonzalo Durán, el principal baluarte de la gaviota en Arousa, quien no cejó en su empeño hasta que Viéitez fue apartado de la formación conservadora. Si hay algún ámbito que hace cierto el viejo refrán de que la venganza es un plato que se sirve frío, este es, sin duda, el de la política. La aritmética municipal que arrojó la jornada electoral del domingo vuelve a otorgar el poder de decisión al primer edil de Meaño, aunque las circunstancias, ahora, son muy distintas a las del 2019.

El complejo sistema de elección de los 27 representantes de la xunta xeral, encargados de designar la presidencia, depende de la correlación de fuerzas de cada una de las nueve corporaciones municipales que componen el organismo comarcal. A bote pronto, con los resultados del 28M en la mano, 24 de las vocalías tienen una asignación prácticamente segura. Diez de ellas corresponden al PP. A sus tres alcaldes —Vilanova, Sanxenxo y Ribadumia—, que son miembros natos, se sumarán otros siete representantes que proceden de Vilagarcía, Sanxenxo, Ribadumia, Meis, Vilanova por partida doble y Cambados. A su vez, las fuerzas de la izquierda tienen garantizadas doce plazas. Además de sus cuatro alcaldías —Meis, O Grove, Vilagarcía y A Illa, bien por mayoría directa, bien por pactos que ya se han anunciado—, dispondrán de ocho representantes por Vilagarcía, Sanxenxo, Ribadumia, Meis, A Illa, O Grove por partida doble y Cambados.

La mayoría de estas vocalías progresistas corresponderían al PSOE. Sin embargo, en función de los acuerdos que se cierren a la hora de constituir gobiernos e investir alcaldes, o simplemente entre las fuerzas de la oposición de cada uno de los concellos, también BNG, Esquerda Unida y grupos como Somos Cambados y Somos Ribadumia pueden acceder a la xunta xeral. Lo importante, en cualquier caso, es que la mayoría de la asamblea se sitúa en catorce representantes. Y que a la izquierda únicamente le faltan dos votos para mantener a Marta Giráldez en la presidencia. Los que, precisamente, posee Veciños de Meaño, la formación que lidera Carlos Viéitez, tras su contundente victoria de un domingo en el que el PP, al que un día perteneció el regidor, fue barrido hasta verse relegado a un solitario concejal.

Tres representantes en duda en Meaño, Cambados y A Illa

Aunque no modificarán la mayoría de la izquierda, en caso de que Veciños de Meaño se incline por Marta Giráldez, la asignación de tres de las 27 plazas de la asamblea está en el aire. Una es el que le corresponde a la candidatura de Matías González Cañón en A Illa, que no podrá tomar posesión por el PP. Otra es la que pertenece a la alcaldía de Cambados, pendiente de lo que decida Cambados Pode. La última es la tercera de Meaño, ya que Carlos Viéitez tiene suficientes concejales para intentar un pacto con el concejal del BNG por ella.

El proceso de elección: el alcalde y dos representantes por cada municipio

La xunta xeral de la Mancomunidade do Salnés es el principal órgano de decisión del ente comarcal. Está conformado por 27 personas. Los alcaldes de los nueve concellos que componen la mancomunidad son miembros natos. Cada una de las corporaciones elige, además, a dos de sus concejales como representantes. Cada edil solo puede votar una vez, y hacerlo únicamente por uno de sus compañeros, de ahí las distintas posibilidades en los plenos que no son monolíticos.

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