Dos ausencias de Meaño tumban los planes del PP en la mancomunidad

Rosa Estévez / Serxio González CAMBADOS / LA VOZ

MEAÑO

Martina Miser

David Castro tuvo que retirar el salario de 35.000 euros brutos para Aspérez y el nombramiento de Sabela Fole como vicepresidenta de la entidad

16 jun 2024 . Actualizado a las 11:47 h.

A este paso, el protagonismo de Meaño en el seno de la Mancomunidade do Salnés marcará una época en los debates políticos de la comarca. En la tarde de este viernes, la ausencia de dos de los representantes del pequeño municipio arousano, ambos del Partido Popular, privó a los conservadores de mayoría en un pleno que se anunciaba crítico. Y, de paso, dejó sin salario al tercer vocal meañés, el independiente, José Aspérez, que en un año ha visto cómo fracasaba su acuerdo con el PSOE para alcanzar la vicepresidencia de la entidad, lo que precipitó la moción de censura de enero, y cómo ahora se queda, al menos de momento, sin una asignación económica por su dedicación parcial al área de Turismo. Un cargo que, estas cosas tiene el azar, se hizo oficial ayer, con su publicación en el Boletín Oficial de la Provincia de Pontevedra.

El alcalde de Meaño, Carlos Viéitez, retornado a la casa popular tras su expulsión el mandato anterior, precisamente por propiciar que el PSOE se hiciese con la presidencia de la mancomunidad, había delegado su voto en uno de sus concejales, que no se presentó a la sesión. Como tampoco lo hizo la edila Belén Mosteiro, que tendría que haber tomado posesión en lugar de Jorge Besada, a quien el regreso de los independientes de Viéitez al PP llevó a la dimisión.

Un fenomenal enredo que, sin embargo, tuvo la virtud de apaciguar los ánimos en el pleno. Las dos ausencias privaban al PP de la mayoría necesaria para que se aprobasen los presupuestos del ente supracomarcal, que incluían un salario de 35.000 euros brutos anuales para Aspérez, algo que las formaciones de izquierda consideran intolerable, y la designación de la portavoz popular en Cambados, Sabela Fole, como vicepresidenta, que PSOE y BNG ven como una distorsión de los estatutos de la mancomunidad. Así que su presidente, David Castro, no tuvo más remedio que retirar estos espinosos puntos del orden del día.

El regidor grovense, José Cacabelos, que habló en nombre de sus compañeros socialistas, recordó que la mancomunidad es una entidad de pertenencia voluntaria, y acusó a los conservadores de tratar de imponer los criterios de cuatro municipios al resto, sin debate ni transparencia. «Se nos pide que levantemos aquí a man para pagar o que só unha parte da mancomunidade ten decidido». Cacabelos insistió en el riesgo de ruptura al que conduce esta situación, aunque abogó por pisar el freno y buscar fórmulas que alejen el debate partidista de un órgano que debería funcionar por unanimidad.

Manuel Suárez defendió, desde el BNG, el ejercicio de la «boa política» e instó al PP a «non desandar o camiño» mientras José Otero, de Esquerda Unida, apeló a la necesidad del consenso. Aunque rebatió al resto de formaciones, también Castro hizo un canto a la unidad. Y a ver qué pasa.