El pequeño volvió a ser la inspiración para una carrera en la que participaron 2.200 personas, entre niños y mayores, con el objetivo de ayudar y visibilizar a las asociaciones que velan por los menores con enfermedades raras
06 oct 2025 . Actualizado a las 22:02 h.El espíritu del pequeño Leo, un niño de Meis que falleció en noviembre de hace tres años a causa de una enfermedad rara que le impedía respirar correctamente, volvió ayer a esta muy presente en la carrera que todos los años organizan su familia, sus amigos y vecinos de esta localidad arousana. Todos quisieron volver a colaborar, a aportar su granito de arena para visibilizar la labor y ayudar a las asociaciones que velan por las familias de los niños con dolencias de este tipo. Así que ayer se trataba de correr, pero sobre todo de participar. Y eso fue lo que hicieron más de 2.200 corredores de toda Galicia, batiendo todos los récords de esta cita que ya se ha ganado un lugar en el calendario deportivo pero, sobre todo, en el calendario solidario de la comunidad.
A las nueve de la mañana, el apacible campo de la feria de Mosteiro registraba ya una inusual actividad. Porque a esa hora comenzaron a llegar los participantes de la andaina, que este año fueron más que nunca. Según los datos de la organización, hubo más de 1.500 personas que se apuntaron para hacer el recorrido. Otras 400 optaron por la carrera de cinco kilómetros, que este año quiso ser más inclusiva que nunca. Corrió Eric Domingo, récord de maratón empujando una silla de ruedas y padrino de la edición de este año. Y lo hizo acompañado de su madre Silvia, que tiene Esclerosis Múltiple. También estuvieron representantes de Empujando Sonrisas y Discamino, entre otros.
Pero, sin duda, unos de los grandes protagonistas de la jornada fueron los más pequeños, de entre 18 y 4 años de edad. Porque todos ellos tuvieron su particular competición y realizaron diferentes recorridos en función de su edad. Llamó la atención, sobre todo, la implicación de los más pequeños porque hubo 100 niños de cuatro años que participaron en la carrera de los pitufos y otros 140 que lo hicieron en las categorías de 10 y 12 años. Entre ellos corrió también la pequeña Lúa, que tiene una condición genética de la que solo se conocen tres casos en España y 240 en el mundo.
Durante todas esas competiciones, el campo de la feria fue una fiesta. Hubo actuaciones musicales, zancudos y puestos en los que las diferentes asociaciones explicaban a los presentes su labor y pedían su colaboración. También se habilitaron diferentes espacios para comer. Porque la Carreira de Leo no se terminó después de las competiciones. Las celebraciones siguieron hasta bien entrada la tarde, permitiendo a las familias disfrutar de una jornada festiva.
Todo lo recaudado este año a través de esta cita solidaria se destinará a dos asociaciones: la Asociación Española de Enfermos de Alexandre, de la que solo hay dos niños afectados en toda Galicia, uno de ellos en O Grove; y a Duchenne Parent Project. De eso va esta cita inspirada en el pequeño Leo. De lograr fondos para que aquellas familias cuyos pequeños sufren enfermedades raras puedan disponer de toda la ayuda que necesiten.