En el municipio arousano no hay constancia de ataques al ganado desde hace más de año y medio
18 dic 2025 . Actualizado a las 05:00 h.La presencia del lobo en la comarca de O Salnés es un hecho que se constata al menos desde finales de la década pasada. El último balance hecho público por la Consellería de Medio Ambiente se remonta al período comprendido entre octubre del 2022 y septiembre del 2023, cuando el departamento autonómico contabilizó una veintena de denuncias por ataques a ganado en Meis y una solitaria incursión en el ámbito rural de Sanxenxo. Desde entonces, este cánido, el mayor depredador de cuantos sobreviven en libertad en la península ibérica, cuyas mayores poblaciones se circunscriben a las comunidades de Galicia, Asturias y Castilla y León, apenas había dado muestras de actividad en la orilla sur de la ría de Arousa. Esta semana, sin embargo, un vecino de O Tombo, en la parroquia de San Salvador de Meis, pudo fotografiar a un ejemplar.
Fue la alcaldesa de Meis, la socialista Marta Giráldez, quien difundió la imagen del lobo a través de sus redes sociales. «Sobre todo como advertencia para os veciños, para que teñan coidado co seu gando aínda que hai bastante tempo, máis de ano e medio, que non existe constancia de ningún ataque no noso concello», reconoce la regidora. Sus cálculos coinciden con ese balance que la Xunta manejaba a finales del 2023. Sea como fuere, el aviso está sobre la mesa.
Aunque las presas mayoritarias del lobo en la provincia de Pontevedra son las ovejas, por lo que respecta a O Salnés esta especie se ve desplazada por los caballos. De hecho, la práctica totalidad de las reclamaciones que surgieron de Meis en aquel período, a fin de buscar las compensaciones económicas que la Xunta arbitra para esos casos, se basaban en la muerte de equinos.
El censo del lobo ibérico en Galicia, correspondiente a los años 2021 y 2022, indicaba que en la comunidad habitan 93 manadas con capacidad para reproducirse. La más cercana a O Salnés se situaba en O Barbanza y, aunque un ejemplar puede recorrer ochenta kilómetros en un solo día, parece bastante más probable que su presencia en Meis se corresponda con la de una pareja aislada que podría habitar en el monte Castrove.