Ravella reprocha al PP que en su día se escudase en los convenios para frenar el plan
06 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Es probable que, hasta que el pleno aborde su aprobación inicial, no sea mucho lo que trascienda acerca del contenido en detalle del Plan Xeral de Ordenación Municipal. Será entonces, con su planteamiento público, una vez incorporadas las rectificaciones que marquen la Xunta y la Administración central, cuando el debate acerca del futuro urbanístico de la capital arousana entre en su verdadero fragor. Aun así, la presentación por parte de Eptisa del documento que será remitido a Santiago la próxima semana es suficiente para alimentar diferentes expectativas. Una de ellas tiene que ver con dos de las mayores bolsas de suelo empresarial del municipio que en estos momentos carecen de actividad: los 20.000 metros cuadrados de las antiguas instalaciones de Cuca, en Vilaxoán, y los 27.000 metros que la familia Lantero posee en Rosalía de Castro.
El gobierno socialista subrayó ayer que una de sus intenciones es solucionar desarrollos que, como los dos mencionados, llevan años enquistados. «A diferenza do que sucedeu co goberno do PP, o plan tratará de dar solución a este tipo de problemas urbanísticos, buscando sempre o interese xeral», indica el equipo de Alberto Varela. La venta de Cuca a Garavilla y el traslado de sus 69 trabajadoras a O Grove, así como los confusos movimientos de los antiguos propietarios de la cartonera acerca del convenio de Rosalía de Castro, plagados de sospechas, fueron dos de los puntos que más controversia generaron en torno al mandato del popular Tomás Fole en Ravella.
El grupo socialista acusa, de hecho, al bipartito que conformaban PP e Ivil de haberse escudado en las dificultades del convenio de Lantero para frenar la revisión del plan cuando el proceso estuvo en sus manos. Fole llegó a anunciar que su aprobación inicial se abordaría a comienzos del 2014. Algo que nunca sucedió. «A primeira das diferenzas con respecto ao plan consiste na firme decisión deste goberno de axilizar e sacar adiante o PXOM, sen procurar escusas absurdas», indica el regidor socialista.
Así, con el triste recuerdo del caso Cuca -que se sepa, Garavilla, que en su día transformó su vieja fábrica de Bermeo en una urbanización, no ha hecho movimientos en este sentido-, Ravella apuesta por ordenar la situación de las industrias relacionadas con el mar, tratando de garantizar su mantenimiento en aras del empleo y la actividad, y evitando la especulación con los terrenos. Algo que, por desgracia, fue moneda de uso común, sobre todo en el entorno de Vilaxoán.
Ambas industrias han dado paso a dos bolsas de suelo inactivo que rozan los 50.000 metros