
Los vecinos de Hortos impidieron el paso de los autobuses escolares y volverán a hacerlo hasta que se respete la señalización que prohíbe circular a vehículos de más de 3.500 kilos
11 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Los vecinos de Hortos, en Terra de Porto, están cansados de que por su calle, una estrecha vía de doble sentido que soporta un tráfico que no le pertenece, circulen vehículos pesados y autobuses escolares que tienen prohibido el paso. Ayer, cansados de la situación y de que nadie haga cumplir la ley, unos quince residentes se plantaron en la entrada que conecta esta calle con la rotonda de Terra de Porto para impedir el paso a los autobuses procedentes de colegios e instituto al mediodía, y consiguieron que, aunque con reticencias, diesen la vuelta.
Piensan hacerlo cada día en el horario escolar, hasta que la Policía Local o el Concello hagan algo al respecto. Y es que en la entrada de la calle existe una señal que informa de que está prohibida la circulación de vehículos pesados de más de 3.500 kilogramos, «e por aquí pasan autobuses, camións con cargas pesadas e incluso tráileres», aseguran.
El vial es estrecho y no dispone de aceras, lo que lo hace totalmente inseguro para los peatones, pero es que, además, esa sobrecarga hace que retiemblen las paredes de las casas, y en algunas de ellas han comenzado a aparecer grietas. Los residentes en la zona piden que se prohíba totalmente el paso a este tipo de transporte, y que además se instalen limitadores de velocidad, porque según cuentan se sobrepasa lo permitido la gran mayoría de las veces.
«Non entendemos como o Concello está permitindo isto», se quejaban ayer tarde. El problema se ha agravado desde que Alexandre Bóveda se convirtió en sentido único hace apenas dos años. En esa carretera, la de Hortos, el gobierno local prevé ya una reforma para renovar este mismo año los servicios, mejorar las infraestructuras y eliminar problemas de inundaciones, así como una mejora en la pavimentación, pero sin aceras al uso, se entiende que por el carácter estrecho de la doble vía.
Los vecinos aseguran no saber qué tipo de reforma se va a llevar a cabo y ya han comenzado una ronda de contactos con la oposición para trasladarle sus inquietudes. Esa será la segunda batalla a librar. De momento están centrados en que se cumplan las normas de circulación, y si nadie lo hace, lo harán ellos, impidiendo el paso en las horas puntas, hasta que alguien los escuche.