Un plan para dar una nueva vida a objetos abandonados en el punto limpio de Valga: «As desbrozadoras son un éxito»

La Voz VALGA / LA VOZ

VALGA

MARTINA MISER

Fai que Valga es una iniciativa que ha despertado el interés de gente de toda la provincia, que se acercan hasta el Baixo Ulla a recoger cosas en perfecto estado desechadas por otros

20 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Nunca se sabe dónde puede esperar, agazapada, una buena idea. Agatha Christie solía encontrarla entre los platos sucios, mientras los fregaba. Sin embargo, la que dio origen al «Fai que Valga», un proyecto del punto limpio que pretende dar una segunda vida a muchos de los objetos que hasta él llegan, estaba escondida en el fondo de unas tazas de café. La colocó allí Yoel Castro: cada vez que compartía un rato de descanso con sus compañeros del Concello de Valga, expresaba su sorpresa por la cantidad de cosas en buen estado que llegaban hasta el punto limpio. El comentario surgía de sus labios una y otra vez, hasta que una de las personas del grupo encontró en el fondo de su taza de café la inspiración. «E por que non miramos de buscar una forma de darlle saída a todas esas cousas?», preguntó en voz alta. La maquinaria se había puesto en marcha. Como varias cabezas piensan mejor que una sola, no tardaron los compañeros del café en dar forma a su idea: crear un perfil de Facebook desde el que publicitar aquellas cosas que tras llegar al punto limpio de A Devesa, bien merecerían una segunda oportunidad.

Con la idea ya bien perfilada, tocaba presentarla a los responsables municipales: el punto limpio es una instalación municipal y cualquier decisión que lo ataña debe contar con el visto bueno de la Administración local. No tardaron nada en conseguirlo. Y en junio del pasado año aparecía en las redes sociales «Fai que Valga», un perfil que ha cosechado un éxito que Yoel Castro no podía ni imaginar. El primer lote de objetos propuestos para su retirada era amplio: once elementos, entre los que figuraba una camilla de masaje como nueva, bicis de montaña, dos pares de patines, ruedas de carreta, triángulos de emergencias, un somier, una muleta, la base de una radial, un radiador eléctrico... No pasaron muchos días antes de que todas aquellas cosas desapareciesen del punto limpio. «Pensaba que podía funcionar, claro, pero nunca pensei que fose funcionar tan ben», explica Yoel Castro.

En los diez meses de vida que tiene el proyecto, han pasado por allí alrededor de quinientas personas para retirar los objetos propuestos. Yoel recuerda perfectamente dos, por lo curiosos que eran. El primero, un molino antiguo, formado por dos enormes piedras, un motor y una pieza de madera «que estaba rota». «Tróuxoo un veciño nun tractor. Foi colgar a foto no Facebook e ao día seguinte, cando cheguei pola mañá para abrir o punto limpo, xa había cinco persoas esperando. Tiven que sortealo, porque non había maneira de saber quen chegara antes», explica. El otro caso que recuerda perfectamente fue cuando recibió el estuche de un violonchelo. También estaba en perfecto estado. Y no pasó mucho tiempo entre que se colgó la foto y que apareció un joven músico dispuesto a llevárselo. Antes, eso sí, probó a meter dentro su violonchelo para comprobar que la medida era la adecuada. Lo era.

El ritmo de salida de los objetos apartados para el Fai que Valga es trepidante. Hay piezas que ni siquiera hay tiempo de colgar en la web. «As desbrozadoras son un éxito, algunhas necesitan que se lles fagan algúns axustes ou reparacións... Supoño que é normal, nun sitio como Valga todo o mundo ten algo que limpar», explica el responsable del punto limpio. Pero no simplifiquemos: del Fai que Valga se beneficia gente no solo de este municipio, sino llegados de lugares tan lejanos como Vigo, o Vila de Cruces.

«A verdade é que moita xente vén buscar cousas que ao mellor, se as tivera que comprar, pasaba sen elas». Pone como ejemplo el caso de una abuela que acudió a recoger una sillita de bebé para poder traer y llevar a su nieto en coche. «Non a ía usar moitas veces, por iso non ía investir nunha nova», explica Yoel.

Los carritos y sillas de bebé, los juguetes, son algunas de las cosas que suelen tener fácil salida. Otras, sin embargo, no encuentran quien las quiera. Suele pasar con lotes de libros o de películas en todo tipo de formatos, muchas veces envueltos aún en el precinto con el que en su día salieron de las tiendas, que siguen esperando su segunda oportunidad en los estantes del punto limpio. No dejen de echarles un vistazo; quizás haya algo que les interese.